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26 de noviembre de 2025
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El Dr. José Carbonell explica que hoy cuesta más encontrar el amor verdadero porque vivimos en una época de impaciencia y expectativas irreales, tanto hacia nosotros mismos como hacia las relaciones. Señala que idealizamos el amor y nos exigimos un nivel de éxito afectivo difícil de alcanzar, lo que nos aleja de vínculos naturales y realistas. Destaca que para acercarnos al amor verdadero es esencial trabajar en uno mismo, aprender a ser pacientes, tolerantes y capaces de perdonar, cualidades que luego deben compartirse con la otra persona. Añade que las relaciones reales no se parecen a las imágenes perfectas de las redes sociales: implican cansancio, responsabilidades y esfuerzo diario. Para él, el amor verdadero no es solo pasión, sino cultivar juntos e individualmente la relación, creando un vínculo funcional, enriquecedor y profundamente realista.

El Dr. José Carbonell explica que las personas son más propensas a enamorarse cuando ya se sienten felices y estables consigo mismas. Señala que iniciar una relación desde la carencia suele generar dependencia, mientras que hacerlo desde el bienestar permite construir vínculos equilibrados, comunicativos y con proyectos sólidos. Destaca que las decisiones importantes de pareja —como convivencias o compromisos legales— funcionan mejor cuando ambos están en un buen momento emocional. Añade que, curiosamente, quienes dicen estar muy bien solos suelen ser los que antes terminan enamorándose.

El Dr. José Carbonell explica que la idea de que “los hombres son básicos” es un prejuicio muy extendido, pero injusto y limitante. Señala que muchas personas llegan a consulta afirmando que los hombres solo se enfocan en trabajar, comer, estar con amigos, tener sexo y dormir, y que no conectan con inquietudes más profundas. Sin embargo, destaca que esta etiqueta no refleja la realidad: cada individuo —hombre o mujer— tiene su propio mundo emocional, sus proyectos y su nivel de complejidad personal. En su experiencia clínica, ha visto hombres con gran sensibilidad y mujeres que se relacionan mejor con hombres que con otras mujeres. Concluye que mantener estos prejuicios solo dificulta encontrar pareja y genera expectativas negativas. Por eso, invita a tratar a cada persona como un ser único, sin etiquetas, abriendo espacio al diálogo y a la construcción de relaciones auténticas.


