Pautas para gestionar una ruptura de pareja
18 de junio de 2020
Una ruptura de pareja
es una situación por la que suelen pasar muchas personas, algo común en nuestra sociedad. Sucede cuando una de las dos partes o las dos decide que lo mejor es terminar la relación por una serie de causas.
Normalmente, cuando alguien da el paso de tomar esta decisión es porque ha meditado mucho y ha pensado en las consecuencias. Pero, a veces, cuando no somos nosotros los que decidimos dar este paso, las consecuencias son inesperadas y nos pilla sin estar preparados. Incluso, si no se gestiona de una forma adecuada puede tener consecuencias negativas en el bienestar mental de una persona, ya que es un evento estresante.
Tanto en un lado como en el otro, implica un cambio en la vida de las personas que formaban la pareja, que causa un efecto a nivel psicológico (estrés, dificultades para dormir, cambios en el apetito, tristeza, culpa, miedo, …) y a nivel social (amigos, economía, vivienda, …).
Cada persona es diferente y necesita su tiempo para superar esta situación. Por eso, es importante tener las herramientas necesarias para llevar mejor la ruptura y saber gestionar nuestras emociones. A continuación, os recomendamos unas pautas
para manejar la ruptura de una forma positiva y que el efecto que tiene en nuestras vidas tenga el menor impacto:
- Darnos tiempo, esta situación no se supera de un día para otro, necesitamos procesar lo ocurrido para conseguir aceptarlo y mirar hacia el futuro.
- Aceptar nuestras emociones y experimentarlas, ya que la tristeza, enfado, miedo, .. son normales en este proceso, no hay que evitarlas.
- Planificar actividades que nos hagan sentir bien, dedicar nuestro tiempo a lo que nos gusta.
- Piensa en ti, permítete conocerte mejor y valorar aquello que tienes.
- Intentar sacar las cosas positivas y que hemos aprendido durante la relación
- No centrarnos a buscar explicaciones de porqué ha sucedido, a veces no hay una causa concreta.
- Busca nuevos objetivos personales
En opinión del Dr. Carbonell,
siempre que se produce una ruptura es aconsejable acudir a un profesional de la salud mental para que nos ayude a afrontar dicho proceso, especialmente si hay hijos involucrados. Es uno de los eventos vitales más traumáticos por lo que antes de tomar esta situación hay que valorar las consecuencias y una vez tomada pasar el duelo de la ruptura acompañado por un terapeuta para sufrir lo menos posible.

El Dr. Carbonell reflexiona sobre una situación común en las relaciones sociales: cuando dos personas cercanas, amigos o conocidos, presentan versiones diferentes de un mismo conflicto y nos piden que tomemos partido. Ante esta disyuntiva, subraya que ambas personas pueden tener razón desde su propia perspectiva, ya que cada uno interpreta la realidad a través de su experiencia emocional y subjetiva. El Dr. Carbonell aconseja no intervenir directamente ni posicionarse a favor de una de las partes. En cambio, propone escuchar con empatía a ambos, recordando que, muchas veces, lo único que buscan es ser comprendidos, más que tener razón. Tomar partido solo puede llevar a tensiones innecesarias, e incluso al deterioro de las relaciones con uno u otro amigo. Además, advierte que involucrarse en un conflicto ajeno, incluso si nos presentan pruebas como mensajes, vídeos o imágenes, puede colocarnos en una posición incómoda o comprometida. Al brindar apoyo a uno, es fácil que el otro se sienta traicionado o juzgado, algo que no es deseable si se quiere mantener una relación saludable con ambos. En conclusión, el Dr. Carbonell recomienda mantener una postura neutral y no dejarse arrastrar por dinámicas de confrontación entre terceros. Cada uno tiene su versión legítima de los hechos y no es nuestra responsabilidad resolver un conflicto que no nos pertenece.

El Dr. Carbonell explica que los líos amorosos suelen surgir con frecuencia en contextos específicos, especialmente durante los viajes. Aunque una persona pueda tener una relación estable, con planes de futuro y todo aparentemente en orden, al irse de viaje puede experimentar un cambio de perspectiva emocional. En ese entorno diferente, con la sensación de libertad y desconexión de la rutina, es común que aparezca alguien que parece encarnar una conexión única o idealizada. El Dr. Carbonell advierte que en estos escenarios se altera temporalmente la escala de valores, ya que se entra en un estado de disfrute y apertura, compartido también por la otra persona involucrada. Este ambiente artificial puede hacer que todo se sienta más intenso o mágico de lo que realmente es. Además, señala que la falta de sueño, el aumento de actividad social y la vulnerabilidad emocional del momento favorecen este tipo de situaciones. Por ello, el Dr. Carbonell recomienda precaución. Aunque estos encuentros pueden parecer emocionantes, al regresar a la vida cotidiana pueden tener consecuencias serias. Muchas veces, se pone en riesgo todo lo construido en una relación sólida por una experiencia breve pero intensa. Concluye subrayando la importancia de reflexionar antes de actuar, especialmente cuando lo que está en juego es el bienestar emocional propio y de los demás.

El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, aborda en esta ocasión una situación muy habitual en las relaciones humanas: convivir o interactuar con una persona que parece estar siempre enfadada . Esa persona que reacciona con irritabilidad, que siempre está a la defensiva, que parece no disfrutar de nada y que genera un ambiente tenso y agotador a su alrededor. Aunque muchas veces se interpreta simplemente como una cuestión de “mal carácter” o “mal genio”, el Dr. Carbonell nos invita a mirar más allá del síntoma visible (el enfado constante) y preguntarnos qué hay detrás de esa actitud. Porque muchas veces, ese enfado no es más que una expresión encubierta de sufrimiento emocional , de frustración, ansiedad o incluso tristeza profunda. Carbonell explica que la ira puede ser una de las máscaras de la depresión . En lugar de manifestarse con llanto o aislamiento, algunas personas canalizan su malestar a través del enojo constante, especialmente los hombres o quienes han aprendido a no expresar vulnerabilidad. La sociedad suele aceptar mejor el enfado que la tristeza, y por eso muchas personas lo utilizan inconscientemente como vía de escape. Además, esa irritabilidad constante puede ser señal de una sobrecarga emocional no gestionada , de traumas no resueltos, de insatisfacción personal o profesional, o de una sensación de vacío interno que no saben cómo manejar. En estos casos, el mal humor no es contra los demás, sino una lucha interna mal proyectada hacia fuera . Por otro lado, si tú eres quien se reconoce en ese enfado constante , Carbonell te anima a reflexionar con honestidad: ¿estás realmente enfadado con los demás, o contigo mismo? ¿Qué parte de tu vida no está funcionando como te gustaría? ¿Qué emociones estás evitando enfrentar? En resumen , estar siempre enfadado no es normal ni saludable. Puede ser un síntoma encubierto de un problema emocional mayor . Por eso, el Dr. José Carbonell insiste: no normalices el mal humor constante, ni en ti ni en quienes te rodean. Buscar ayuda y entender lo que hay debajo de ese enfado puede ser el primer paso para recuperar la calma, el equilibrio y una mejor calidad de vida.