¿Por qué somos perezosos?

23 de septiembre de 2015

Lejos de la connotación negativa que le hemos atribuido, la pereza, como la mayoría de nuestras características, posee un fin evolutivo o de perpetuación de la especie. Aunque ya existían hipótesis al respecto, ahora la ciencia puede demostrar que los seres humanos estamos programados para la pereza.

Un grupo de investigadores canadienses ha publicado un artículo en la revista `Current biology´ donde se concluye que el sistema nervioso induce a realizar el mínimo esfuerzo con el fin de optimizar nuestra actividad, gastando la menor cantidad de energía posible. Es decir, los sistemas nerviosos de los seres humanos son muy hábiles para cambiar la forma en que nos movemos con el ahorro energético como objetivo.

“Hemos encontrado que las personas cambian con facilidad la forma en la que andan, incluyendo características de su modo de caminar que se han establecido tras dar millones de pasos a lo largo de su vida para poder ahorrar pequeñas cantidades de energía” explica Max Donelan, uno de los principales autores de la investigación.

“Esto es completamente coherente con el hecho de que la mayoría de nosotros preferimos hacer las cosas con un esfuerzo mínimo, como cuando elegimos el camino más corto u optamos por sentarnos en lugar de estar de pie”, argumenta el investigador.

Estos científicos de la Universidad Simon Fraser de Canadá, proporcionan una base fisiológica para la pereza al demostrar que, incluso dentro de un movimiento perfectamente ensayado como caminar, el sistema nervioso controla inconscientemente el uso de energía y de forma continua re-optimiza los patrones de movimiento en una búsqueda constante de avanzar con el menor gasto posible, según nos explican estos expertos.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores solicitaron a los participantes que caminaran mientras llevaban un exoesqueleto robótico puesto. Los científicos dificultaron la tarea poniendo resistencia en la rodilla durante la marcha normal, aliviándola cuando se caminaba de otra manera. Los resultados revelaron que las personas adaptan su frecuencia de paso para lograr un consumo energético óptimo de manera muy rápida, en sólo unos minutos incluso cuando el ahorro energético es sólo menos del 5%.

Por Instituto Carbonell 27 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell desmonta un mito muy común: la creencia de que solo se debe acudir al psiquiatra o al psicólogo cuando uno está en una situación crítica o "muy mal". Desde su experiencia médica y psiquiátrica, insiste en que es un error esperar a tocar fondo para buscar ayuda profesional. La terapia no está reservada únicamente para casos graves; al contrario, puede ser una herramienta valiosa para mejorar muchos aspectos de la vida cotidiana. Explica que los profesionales de la salud mental pueden ayudar en temas tan diversos como el insomnio, la alimentación, la ansiedad, los cambios de humor, o la gestión emocional dentro del entorno laboral o familiar. También se trabaja en mejorar la calidad de las relaciones personales, ya sea con padres, pareja o colegas, y en aprender a estructurar mejor el día a día para vivir con más equilibrio y bienestar.  El Dr. Carbonell resalta que acudir a terapia en las etapas iniciales del malestar —antes de que los problemas se agraven— es mucho más efectivo. La intervención temprana facilita un abordaje más preventivo y menos traumático, y permite construir herramientas emocionales para enfrentar la vida con mayor solidez. Por ello, anima a dejar atrás prejuicios y a considerar la terapia como una forma natural y positiva de autocuidado.
Por Instituto Carbonell 26 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell ofrece pautas sencillas pero muy eficaces para gestionar el estrés cotidiano, partiendo de una idea central: la organización es clave. En primer lugar, recomienda planificar el día siguiente con antelación, identificando de forma clara no solo las tareas y obligaciones, sino también los momentos destinados específicamente al descanso. Este equilibrio es esencial, ya que el estrés no solo proviene del exceso de trabajo, sino también de la falta de pausas bien estructuradas. Explica que la atención y la concentración humanas tienen un límite natural, por lo que sugiere trabajar en bloques de aproximadamente 45 minutos, seguidos de descansos breves de unos 15 minutos. Además, destaca la importancia de incorporar pausas más largas a lo largo del día: una por la mañana, otra al mediodía y otra en la tarde o noche.  El Dr. Carbonell subraya un punto esencial: la verdadera productividad no depende únicamente del número de horas trabajadas, sino de la calidad del descanso que se intercala entre las tareas. Por ello, invita a estructurar los días de manera consciente, dándole el mismo valor al tiempo productivo que al tiempo de recuperación mental y física. Esta estrategia, afirma, es una de las formas más efectivas de prevenir y manejar el estrés de forma saludable.
Por Instituto Carbonell 25 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell lanza un mensaje claro y directo: "No pienses tanto, no le des vueltas a las cosas". Desde su experiencia como médico y psiquiatra, comparte que muchas personas llegan a su consulta atrapadas en un patrón de pensamiento excesivo y rumiativo, donde dudan constantemente de sí mismas, cuestionan si lo que piensan está bien o mal, o viven pendientes de lo que los demás puedan estar opinando sobre ellas. Explica que esta sobrecarga mental puede convertirse en una especie de bola creciente, difícil de detener, y que acaba afectando seriamente la estabilidad emocional. Muchas veces, añade, quienes sufren este tipo de pensamiento repetitivo ni siquiera reconocen que necesitan ayuda, y acaban atrapados en un ciclo que los lleva, una y otra vez, al mismo punto de partida: ansiedad, estrés, incertidumbre y malestar emocional. El Dr. Carbonell insiste en que es fundamental aprender a manejar el estrés, la ansiedad y, sobre todo, los propios pensamientos. Si uno puede establecer límites mentales y aplicar pautas de autorregulación por su cuenta, eso es positivo. Pero si este pensamiento excesivo —o overthinking— comienza a interferir con la vida diaria, impidiendo el descanso, la concentración o el bienestar general, es necesario acudir a un profesional.  Buscar ayuda no es señal de debilidad, sino una manera responsable y valiente de recuperar el equilibrio mental y aprender herramientas eficaces para gestionar lo que ocurre en la mente.