¿Qué es el Trastorno Obsesivo Compulsivo “de amores”?

4 de febrero de 2020

Las relaciones sentimentales, al igual que cualquier otro tipo de relación no son siempre perfectas. En momentos puntuales de nuestra vida, como una crisis, es normal que nos surjan preguntas (¿estoy enamorado?, ¿era lo que buscaba?, ¿me quiere?) que nos hagan replantearnos nuestra relación. Todo ello puede ir potenciado por la idealización del amor por el cine, la literatura, y ahora también, por las redes sociales que pueden causar dudas en las personas sobre el amor y sobre sus relaciones. Pero el problema surge cuando empezamos a vivir permanentemente con estas dudas, llevándonos a un estado de ansiedad continuo. Si ocurre, podemos desarrollar un Trastorno Obsesivo Compulsivo “de amores”.

En el artículo “ TOC de amores: cuando el “me quiere, no me quiere” se convierte en obsesión ” (El país, 2019), Fernando Villadangos y Yolanda Cuevas, ambos psicólogos expertos en relaciones de pareja, comentan sobre el tema. Fernando explica “Las personas con este TOC se obsesionan y sufren excesivamente con la relación. Sienten inseguridad y la duda constante les atrapa. Hacen comparaciones y le dan vueltas a la cabeza continuamente. Viven en un ni contigo ni sin ti”.

Este trastorno consume mucha energía a la persona que lo padece, ya que intenta controlar sus inseguridades pero no puede. Esto afecta a ambos miembros de la pareja. La persona con TOC tiene acciones compulsivas relacionadas con su obsesión, como espiar a su pareja. Mientras, que la otra parte no comprende esta situación ni las inseguridades de su pareja. Por eso, es importante diferenciar si la inseguridad es constante o puntual en situaciones difíciles, y si está justificada o no.

Según Yolanda Cuevas, “algunas de las causas que nos llevan a sobrepasar al límite de lo obsesivo pueden ser el tipo de personalidad, haber vivido experiencias traumáticas o periodos de estrés durante su infancia y juventud, entre otras”. Esto puede hacer que se desarrolle un perfil de dependencia hacia la pareja, incluso hacia los propios padres, y que no pueda tomar decisiones sobre su vida, siguiendo los criterios de otras personas.

Otra posible causa es el hecho de vivir un fracaso sentimental. Sufrir una infidelidad u otra traición hace que surja el miedo de volver a repetirla. Y esta herida les puede hacer más desconfiados e inseguros.

Ya sea por un motivo o por otro, lo importante es buscar ayuda de profesionales de la salud mental. El tratamiento psicológico nos ayudará a mejorar el autocontrol de las dudas sobre las relaciones y el amor, a conseguir disminuir la ansiedad que nos produce la inseguridad, aprender a valorarse y aceptarse, a tomar decisiones, … Hay que trabajar aspectos claves que nos aportan más seguridad en nuestra vida. Aprender a valorarnos a uno mismo, a nuestra pareja y a la relación, desde el punto de vista de la realidad y no desde el ideal romántico o digital.

En opinión del Dr. Carbonell, el objetivo de estar en pareja es aportar y beneficiarse ambos de ello. Es un trabajo diario en el que cada uno contribuye con los puntos fuertes y débiles de su personalidad. Combinarlos de manera productiva requiere de gran esfuerzo de compresión, humildad, y entrega. En ese proceso pueden surgir problemas, el TOC “de amores” es uno de ellos. Es importante recurrir a un profesional para poder gestionarlo de la mejor manera posible en beneficio de la pareja.

Por Instituto Carbonell 25 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, lanza un mensaje directo y necesario: ir al psiquiatra no debería ser motivo de vergüenza ni de estigma . En pleno siglo XXI, aún existen personas que sienten miedo o pudor al decir que acuden a un profesional de la salud mental. Esto, según el doctor, es algo que necesitamos cambiar urgentemente. Carbonell explica que un psiquiatra es, ante todo, un médico , como cualquier otro especialista. La gran diferencia con el psicólogo es que el psiquiatra, además de abordar lo emocional, también evalúa el componente biológico y orgánico de los trastornos mentales. Esto incluye valorar si el paciente tiene otras enfermedades, está tomando medicación que pueda influir en su estado anímico, o si su salud mental afecta funciones como el sueño, el apetito o la energía, llegando incluso a requerir medicación. El propósito de este mensaje no es solo aclarar conceptos, sino también normalizar y visibilizar la importancia de acudir a un profesional cuando uno no se siente bien . Cuidar la salud mental no es un signo de debilidad, sino de responsabilidad y amor propio. Así como vamos al dentista cuando tenemos un dolor de muelas, también debemos ir al psiquiatra o al psicólogo cuando sentimos que algo no está funcionando bien en nuestro mundo interno. El Dr. Carbonell invita a dejar atrás el estigma, a romper esa barrera cultural que durante tantos años nos ha impedido hablar abiertamente de nuestros malestares emocionales, y a reivindicar la salud mental como un pilar del bienestar integral . En sus palabras, "mantener una higiene mental es la consecuencia de un trabajo que vamos haciendo cada día".  Este mensaje no solo va dirigido a quienes ya están en tratamiento, sino también a quienes aún dudan en dar el paso. Porque pedir ayuda es valiente , y porque hablar de salud mental es el primer paso para sanar y crecer.
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
Aprender a no darlo todo – Estrategias para superar el perfeccionismo
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, reflexiona en este mensaje sobre una de las trampas emocionales más comunes tras una ruptura o una gran discusión de pareja: quedarnos esperando . Muchas veces, después de que una relación se rompe, nace la esperanza de que tal vez todo vuelva a su cauce, de que la persona con la que compartíamos la vida reflexione, cambie y regrese. Nos aferramos a la idea de que lo que fue puede reconstruirse, de que ese proyecto de vida que diseñamos juntos aún puede tener sentido. Sin embargo, Carbonell advierte que esta espera nos paraliza y nos hace perder tiempo vital . Mientras deseamos que la otra persona reconsidere sus decisiones, dejamos de vivir el presente. Posponemos nuestra recuperación emocional, nuestras metas personales y, lo más grave, nuestra vida misma, esperando algo que tal vez nunca suceda. Además, el doctor señala que, muchas veces, la otra persona ya está en otra etapa , ha dado pasos hacia adelante e incluso puede haber pasado de un sentimiento de amor a indiferencia o rechazo. En cambio, quien espera se queda anclado a un pasado idealizado que ya no existe. Vivir de esa forma es hipotecar el futuro por una esperanza que no depende de nosotros. Por eso, el llamado es claro: deja de esperar . Centra tu atención en ti, en reconstruir tu autoestima, en recuperar tus proyectos, tu bienestar, tus ilusiones. Invierte en ti y en tu vida sin estar condicionado por lo que otra persona haga o deje de hacer. Solo así podrás avanzar, crecer y abrirte a nuevas experiencias que sí estén alineadas con tu presente y con tu valor.  Carbonell concluye animando a compartir experiencias sobre cómo cada uno ha gestionado este tipo de situaciones, reconociendo que sanar es un proceso individual pero más llevadero cuando se hace en comunidad y con consciencia.