RELACIONES YOYÓ O RELACIONES TÓXICAS

23 de enero de 2025

Las relaciones intermitentes, también conocidas como "relaciones yoyó", son aquellas que se caracterizan por continuos altibajos, donde la pareja se separa y se reconcilia una y otra vez. Aunque pueden generar sensaciones intensas debido a la adrenalina y dopamina, estos vínculos tienden a ser tóxicos y dañinos a largo plazo.


Las relaciones intermitentes pueden causar un enganche similar al de una sustancia adictiva. Se experimentan momentos de intensa emoción y adrenalina cuando todo parece ir bien, seguidos de periodos de frustración y sufrimiento. La dopamina, hormona asociada al placer inmediato, juega un papel crucial en este ciclo: cuando la pareja regresa, se siente una euforia momentánea, pero rápidamente se ve seguida de la angustia y la tristeza cuando todo vuelve a deteriorarse. 


La baja autoestima es una de las principales razones por las que aceptamos este tipo de vínculos, ya que no sabemos lo que necesitamos en una relación o no nos ponemos límites. La cultura del amor romántico, que idealiza la pasión y el sufrimiento, también contribuye a normalizar estas relaciones.

Según la autora Mónica Heras, para evitar caer en ellas, es importante trabajar en nuestra autoestima, aprender a poner límites y entender que el amor no es lo único suficiente para una relación sana. 

En opinión del Dr. Carbonell, lo más importante de todo es identificar que esa relación está convirtiéndose en una relación yoyó para poder tomar medidas al respecto y que esto no suponga una pérdida de autoestima. Es esencial poder evitar que esa situación se prolongue en el tiempo ya que sino, probablemente generaría problemas de salud mental. Por último, es importante también identificar, que si no te puedes desligar de esa persona es fundamental buscar ayuda de un profesional de la salud mental.


Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.