Sin pareja y feliz. Compatibilidad 100%

19 de octubre de 2015

Por más que la publicidad, las canciones y las películas románticas se empeñen, ser plenamente feliz y no tener pareja son dos condiciones perfectamente compatibles.

Un nuevo estudio concluye que los solteros o personas sin pareja pueden ser tan felices o más que aquellos que poseen una relación de pareja. La investigación llevada a cabo por psicólogos en la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, ha sido publicada por la revista “Society for Personality and Social Psychology”. Con la intención de contrastar informaciones previas y contradictorias sobre soltería y satisfacción con la vida, los expertos han entrevistado a más de 400 adultos, dos veces y con un año de diferencia. Los resultados muestran que en general las personas solteras no son más infelices que las enamoradas. Sin embargo es necesario cumplir un requisito: poseer buenas relaciones sociales con familia y amigos.

Al parecer la clave no está en tener pareja o no, sino en poseer la tendencia a evitar conflictos y por lo tanto tener mejores relaciones sociales . Las personas no conflictivas tienden a centrarse en los aspectos positivos de sus relaciones sociales. Sin embargo, aquellos con una tendencia a los conflictos, se deprimen cuando están solteros o cuando no hay nadie que los pretenda.

El estudio también reveló que el estrés al que se someten las parejas y del que las personas solteras carecen, contribuyen a estos resultados.

En resumen, si nos sentimos desdichados no se debe a que no tengamos pareja, ya que esta característica por sí sola no implica necesariamente un menor grado de felicidad. El tener un buen entorno social y familiar y la tendencia a evitar el conflicto, son la clave para encontrar la felicidad sin necesidad de tener pareja.

Por Instituto Carbonell 14 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que no existe una diferencia de edad perfecta en la pareja, porque lo verdaderamente determinante no son los años, sino la conexión emocional. Señala que en consulta ha visto parejas con grandes diferencias de edad —tanto hombres mayores con mujeres más jóvenes como a la inversa— que funcionan muy bien gracias a su complicidad, afinidad intelectual, intereses compartidos y energía similar. Destaca que ninguna edad garantiza que una relación vaya a durar, del mismo modo que tampoco lo hacen otros factores como la cultura, los hijos o los proyectos en común. Por ello, recomienda no dejarse influir por la opinión social y centrarse en lo que la relación aporta a quienes la viven. Concluye afirmando que, más allá de estadísticas o prejuicios, lo esencial es cómo cada pareja cuida su vínculo y afronta sus propias complejidades.
Por Instituto Carbonell 13 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que en la vida, y especialmente en el amor, no todo vale. Señala que aunque tengamos objetivos personales o afectivos, jamás debemos alcanzarlos a costa de manipular, engañar o pasar por encima de los sentimientos de los demás. Advierte que actuar sin límites éticos nos convierte en personas que buscan su propio placer o gratificación sin considerar el daño causado, y eso tiene consecuencias. Subraya que vivimos rodeados de personas con emociones reales, que confían en nuestras palabras y pueden sufrir si usamos esas palabras solo para obtener lo que queremos. Concluye recordando que, igual que no queremos que nos hagan daño, tampoco debemos causarlo: no todo vale y nuestras acciones siempre tienen impacto.
Por Instituto Carbonell 12 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando una relación no fluye de manera natural —ya sea con amistades del pasado, con una expareja, con hijos o con los propios padres— forzarla solo genera desgaste y tensiones innecesarias. Señala que es legítimo intentar recuperar la cordialidad, pero también es esencial reconocer el punto en el que el esfuerzo deja de ser sano y empieza a perjudicar nuestro bienestar. Añade que no debemos supeditar nuestra vida al deseo de obtener perdón o restaurar algo que no avanza por sí solo. Concluye que, si las cosas fluyen, adelante; pero si no, no vale la pena sacrificar la salud emocional intentando que funcione lo que no está preparado para funcionar.