SOBREVIVIR A LA NAVIDAD- Si estás pasando por un momento difícil.

21 de diciembre de 2015

Para muchos se trata de una época alegre en la que sus emociones son congruentes con el agitado ambiente que les rodea, pero no son pocos a los que las fiestas navideñas se les hace cuesta arriba. Nuestro panorama emocional se ve sobrecargado durante estas fechas y en ocasiones, según sea nuestra situación, pueden suponer un proceso cargado de dolor e impotencia.

Cuando estamos pasando por un momento doloroso, la dinámica de esta época puede hacernos sentir el contraste de un mundo que sigue girando mientras nos da la impresión que nuestra vida ha parado por completo.

Puede que sea la primera navidad tras una separación, que hayamos perdido a un ser querido o que resurjan conflictos antiguos no elaborados. En cualquier caso es un época donde los recuerdos florecen, provocándonos múltiples emociones difíciles de gestionar.

Algunas prácticas que pueden facilitar la adaptación a esta época de la mejor manera posible se describen a continuación:

  • Planifica y construye esta época a tu medida . Nada está escrito en piedra. Si este año deseas celebrarlo de una manera más íntima, poniendo menos decoración o prefieres celebrarlo en un restaurante, en lugar de en casa, házselo saber a tus seres queridos con quien compartes la navidad, sintiéndote libre de elegir y respetando la libertad de elegir de los demás.
  • Pide ayuda y déjate ayudar . No es aconsejable que te sobrecargues de responsabilidades si no te sientes con fuerza. No te sientas obligado a hacer más de lo que puedes. Pide ayuda para lo que necesites y acéptala cuando te la ofrezcan.
  • Intenta en la medida de lo posible estar acompañado . Sentirnos arropados por amigos o familiares en los momentos complicados siempre es beneficioso.
  • Acepta y respeta tus emociones . Ante la supuesta obligación de ser feliz en estas señalas fechas puede que nos sintamos frustrados, por lo que es aconsejable ser más tolerantes con nosotros mismos.
  • Evitar en la medida de lo posible los excesos . Con la comida y especialmente con la bebida, a evitar en su totalidad a ser posible en aquellos más sensibles.
Por Instituto Carbonell 14 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que no existe una diferencia de edad perfecta en la pareja, porque lo verdaderamente determinante no son los años, sino la conexión emocional. Señala que en consulta ha visto parejas con grandes diferencias de edad —tanto hombres mayores con mujeres más jóvenes como a la inversa— que funcionan muy bien gracias a su complicidad, afinidad intelectual, intereses compartidos y energía similar. Destaca que ninguna edad garantiza que una relación vaya a durar, del mismo modo que tampoco lo hacen otros factores como la cultura, los hijos o los proyectos en común. Por ello, recomienda no dejarse influir por la opinión social y centrarse en lo que la relación aporta a quienes la viven. Concluye afirmando que, más allá de estadísticas o prejuicios, lo esencial es cómo cada pareja cuida su vínculo y afronta sus propias complejidades.
Por Instituto Carbonell 13 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que en la vida, y especialmente en el amor, no todo vale. Señala que aunque tengamos objetivos personales o afectivos, jamás debemos alcanzarlos a costa de manipular, engañar o pasar por encima de los sentimientos de los demás. Advierte que actuar sin límites éticos nos convierte en personas que buscan su propio placer o gratificación sin considerar el daño causado, y eso tiene consecuencias. Subraya que vivimos rodeados de personas con emociones reales, que confían en nuestras palabras y pueden sufrir si usamos esas palabras solo para obtener lo que queremos. Concluye recordando que, igual que no queremos que nos hagan daño, tampoco debemos causarlo: no todo vale y nuestras acciones siempre tienen impacto.
Por Instituto Carbonell 12 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando una relación no fluye de manera natural —ya sea con amistades del pasado, con una expareja, con hijos o con los propios padres— forzarla solo genera desgaste y tensiones innecesarias. Señala que es legítimo intentar recuperar la cordialidad, pero también es esencial reconocer el punto en el que el esfuerzo deja de ser sano y empieza a perjudicar nuestro bienestar. Añade que no debemos supeditar nuestra vida al deseo de obtener perdón o restaurar algo que no avanza por sí solo. Concluye que, si las cosas fluyen, adelante; pero si no, no vale la pena sacrificar la salud emocional intentando que funcione lo que no está preparado para funcionar.