Un juego de entrenamiento mental puede ayudar a los pacientes con esquizofrenia

24 de agosto de 2015

Un juego de entrenamiento mental desarrollado en la Universidad de Cambridge, puede mejorar la memoria de los pacientes con esquizofrenia ayudándolos a mejorar su calidad de vida.

La esquizofrenia se manifiesta a través de episodios psicóticos cuyos síntomas más característicos son las alucinaciones y delirios, aunque el pensamiento, el lenguaje y la conducta desorganizada también forman parte de los síntomas positivos, llamados así por ser comportamientos nuevos o añadidos a la conducta previa del paciente. Los síntomas negativos son aquellos que implican una interrupción de los comportamientos normales, como por ejemplo la apatía, falta de energía, embotamiento y escasez de palabras. Estos síntomas se suelen manifestar antes y especialmente después de que se den los síntomas positivos, de manera residual. Además, la enfermedad suele afectar a las capacidades cognitivas, presentándose déficits de atención, concentración y memoria.

El juego llamado “Wizard” está diseñado para mejorar la llamada memoria episódica, el tipo de memoria que utilizamos para recordar los sucesos de la vida diaria.

El estudio llevado a cabo ha sido publicado en la revista Philosophical Transactions de la Royal Society B, y consistío en que los participantes jugaran durante 8 horas al juego “Wizard” a lo largo de cuatro semanas, mientras continuaban con su medicación habitual. A continuación se procedió a medir su memoria episódica y se encontró que 22 pacientes cometieron una cantidad significativamente menor de errores, necesitando menos intentos para recordar diferentes ubicaciones en pruebas específicas. Además los pacientes manifestaron disfrutar del juego y estar motivados para llevarlo a cabo, lo cual es muy importante dada la falta de motivación que suele existir en los pacientes con esquizofrenia.

Cada vez parece haber más pruebas que apuntan a que el entrenamiento asistido por ordenador puede ayudar a mejorar algunos de los síntomas de esta enfermedad, lo cual repercutiría en una mejora de su vida diaria. No obstante es necesario subrayar que estos divertidos recursos sólo funcionarían de manera complementaria a la terapia farmacológica y psicológica convencional y en ningún caso serviría como sustituto.

Por Instituto Carbonell 9 de junio de 2025
El Dr. Carbonell explica que los líos amorosos suelen surgir con frecuencia en contextos específicos, especialmente durante los viajes. Aunque una persona pueda tener una relación estable, con planes de futuro y todo aparentemente en orden, al irse de viaje puede experimentar un cambio de perspectiva emocional. En ese entorno diferente, con la sensación de libertad y desconexión de la rutina, es común que aparezca alguien que parece encarnar una conexión única o idealizada. El Dr. Carbonell advierte que en estos escenarios se altera temporalmente la escala de valores, ya que se entra en un estado de disfrute y apertura, compartido también por la otra persona involucrada. Este ambiente artificial puede hacer que todo se sienta más intenso o mágico de lo que realmente es. Además, señala que la falta de sueño, el aumento de actividad social y la vulnerabilidad emocional del momento favorecen este tipo de situaciones. Por ello, el Dr. Carbonell recomienda precaución. Aunque estos encuentros pueden parecer emocionantes, al regresar a la vida cotidiana pueden tener consecuencias serias. Muchas veces, se pone en riesgo todo lo construido en una relación sólida por una experiencia breve pero intensa. Concluye subrayando la importancia de reflexionar antes de actuar, especialmente cuando lo que está en juego es el bienestar emocional propio y de los demás.
Por Instituto Carbonell 8 de junio de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, aborda en esta ocasión una situación muy habitual en las relaciones humanas: convivir o interactuar con una persona que parece estar siempre enfadada . Esa persona que reacciona con irritabilidad, que siempre está a la defensiva, que parece no disfrutar de nada y que genera un ambiente tenso y agotador a su alrededor. Aunque muchas veces se interpreta simplemente como una cuestión de “mal carácter” o “mal genio”, el Dr. Carbonell nos invita a mirar más allá del síntoma visible (el enfado constante) y preguntarnos qué hay detrás de esa actitud. Porque muchas veces, ese enfado no es más que una expresión encubierta de sufrimiento emocional , de frustración, ansiedad o incluso tristeza profunda. Carbonell explica que la ira puede ser una de las máscaras de la depresión . En lugar de manifestarse con llanto o aislamiento, algunas personas canalizan su malestar a través del enojo constante, especialmente los hombres o quienes han aprendido a no expresar vulnerabilidad. La sociedad suele aceptar mejor el enfado que la tristeza, y por eso muchas personas lo utilizan inconscientemente como vía de escape. Además, esa irritabilidad constante puede ser señal de una sobrecarga emocional no gestionada , de traumas no resueltos, de insatisfacción personal o profesional, o de una sensación de vacío interno que no saben cómo manejar. En estos casos, el mal humor no es contra los demás, sino una lucha interna mal proyectada hacia fuera . Por otro lado, si tú eres quien se reconoce en ese enfado constante , Carbonell te anima a reflexionar con honestidad: ¿estás realmente enfadado con los demás, o contigo mismo? ¿Qué parte de tu vida no está funcionando como te gustaría? ¿Qué emociones estás evitando enfrentar? En resumen , estar siempre enfadado no es normal ni saludable. Puede ser un síntoma encubierto de un problema emocional mayor . Por eso, el Dr. José Carbonell insiste: no normalices el mal humor constante, ni en ti ni en quienes te rodean. Buscar ayuda y entender lo que hay debajo de ese enfado puede ser el primer paso para recuperar la calma, el equilibrio y una mejor calidad de vida.
Por Instituto Carbonell 7 de junio de 2025
 El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, nos ofrece una reflexión profunda y muy realista sobre cómo se puede pasar de tener una vida aparentemente estable y plena, a caer poco a poco en una depresión . Este proceso no siempre es brusco ni evidente: muchas veces ocurre de manera progresiva y silenciosa , casi imperceptible, hasta que los síntomas ya no se pueden ignorar. Carbonell describe con precisión cómo personas que están bien —que disfrutan de su día a día, que están estables en el trabajo, en la pareja, con sus hijos— pueden, de pronto, empezar a notar un cambio sutil pero constante : todo comienza a perder color, la vida se vuelve más gris , más plana, y desaparece la capacidad de disfrutar lo que antes generaba ilusión o bienestar. Entre los primeros signos de alarma que menciona están: Tristeza persistente sin una causa clara. Apagamiento emocional. Alteraciones del sueño (dificultad para conciliarlo o despertar anticipado). Pensamientos negativos más frecuentes. Pérdida de energía o motivación. Disminución del interés por actividades que antes eran gratificantes. Este deterioro emocional , aclara, no siempre responde a un solo evento traumático. A veces es el resultado de una acumulación de factores pequeños , no gestionados a tiempo, que terminan desgastando el bienestar mental. El Dr. Carbonell subraya una idea muy importante : “La vida con depresión es una vida hipotecada”. Es decir, no se vive plenamente, no se respira con libertad, no se puede planificar ni disfrutar. Es como tener el cuerpo en movimiento pero el alma detenida. Y lo más frustrante es que el entorno, muchas veces, no lo comprende . Frases como “pon de tu parte”, “anímate”, “tira para adelante” pueden resultar crueles cuando lo que la persona necesita es comprensión y tratamiento, no exigencias. Por eso, hace un llamado a estar atentos a los cambios internos . Si algo dentro de ti empieza a apagarse y tu calidad de vida se ve afectada, no lo normalices ni lo ignores . Reconocer esos signos a tiempo es clave. En conclusión , el Dr. Carbonell nos recuerda que la depresión no siempre llega con estruendo: a veces aparece como una sombra suave que se va extendiendo. Por eso, debemos vivir con atención emocional , pedir ayuda sin miedo y cuidar nuestro bienestar con la misma seriedad con la que cuidaríamos cualquier otra parte de nuestra salud.