Trabajar sí, pero sin excederse

31 de agosto de 2015

Sobrecargarse de horas laborales ni aumenta la productividad ni es nada aconsejable para la salud. Trabajar, como casi todo, sí pero con moderación.

Los países con mayor número de horas trabajadas por jornada laboral son México, Grecia y Costa Rica. En el extremo opuesto se sitúan Noruega, Holanda y Alemania, liderando los países con jornada laboral más corta según datos extraídos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD). España por su parte, se encuentra a mitad de camino entre estos dos extremos de dedicación laboral.

Parece no existir una asociación entre jornadas más amplias y mayor productividad pero por si esto fuera poco, excederse en nuestro horario laboral comporta importantes riesgos para nuestra salud.

En una reciente revisión que ha sido publicada en la revista The Lancet, se concluye que trabajar 55horas o más, aumenta un 33% el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular y un 13% el riesgo de enfermedad coronaria, comparado con aquellos que trabajan 35 o 40 horas semanales.

Los investigadores del University College de Londres explican que el riesgo aumenta con cada hora añadida a partir de 40. Así, los que trabajan 48horas aumentan el riesgo de enfermedad un 10% y los que trabajan hasta 54, un 27%.

Las conclusiones son procedentes de datos extraídos de 25 estudios y en los que en total han estado implicadas más de 600.000 personas. El estudio dirigido por Mika Kivimäki, es el mayor y más importante realizado hasta el momento sobre la relación entre horas de trabajo y salud. Aun así todavía no está claro cual es el factor relacionado con el trabajo por el cual existe este aumento de riesgo, incluso habiendo controlado la condición del tabaquismo. Sin embargo, se sabe que las intensas jornadas laborales se asocian con diferentes y peligrosos factores de riesgo como la falta de ejercicio, estar muchas horas sentados, mala alimentación, estrés y mayor consumo de alcohol. Es fundamental por tanto, atender más a nuestras necesidades de salud y no sacrificar nuestro bienestar a expensas de lograr un supuesto mayor rendimiento o productividad.

Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.