Como ayudar a que nuestro hijo se adapte ante la llegada de un hermano

4 de agosto de 2015

La llegada de un bebé a la familia es algo muy emocionante, sin embargo el hijo mayor puede no experimentarlo de la misma manera. Aunque es normal que los hermanos mayores sientan celos, podemos establecer unas buenas bases para facilitar su adaptación minimizando tales sentimientos. Para ello será necesario llevar a cabo algunas medidas como las citadas a continuación:

  • Preparar a nuestro hijo durante el embarazo . Hablarle sobre como será la situación cuando su hermanito llegue a casa y explicarle en que cosas participará si le apetece. Podemos leerle cuentos sobre el tema, en los que el hermano mayor participa en la integración del bebé y donde aparezcan situaciones divertidas o agradables.
  • Dejarle participar . Desde dejar que nos ayude a preparar la maleta para ir al hospital a permitirles que nos alcance un pañal, arrope al bebé… Cualquier cosa que él pueda hacer, siempre y cuando le apetezca. No debemos forzarle ni agobiarle.
  • Presentarle a su hermanito de una manera especial . Podemos intentar crear un momento especial intentando que no haya más gente en ese momento. De está manera el encuentro será más cálido y el hermano mayor se sentirá parte importante del acontecimiento.
  • Mantener el horario . Es una situación de cambio por lo que el niño necesitará que le facilitemos toda la consistencia y seguridad posible a través de sus horarios y rutinas.
  • Pasar tiempo juntos . Aunque ahora sintamos que tenemos menos tiempo que nunca debemos encontrar un hueco cada día para dedicar tiempo sólo a nuestro hijo mayor. Aprovechar cuando nuestro bebé duerme es una buena idea. El hermano mayor necesita la seguridad de ver que todavía estamos ahí y que no necesitan competir con el bebé para recibir atención.
  • Enseñar empatía. Si cuando el bebé ríe, llora o se queja, le pedimos a su hermano mayor qué cree que está sintiendo o pensando, le ayudaremos a que lo empiece a ver como una persona con sentimientos, fomentando así su inteligencia emocional.
  • Tener paciencia.   Estamos programados para intentar que la atención de nuestros padres se desplace a nosotros por razones de supervivencia. Si nuestro hijo lleva a cabo conductas propias de una edad menor es una clara llamada de atención que toma forma de regresión. Debemos actuar con normalidad ante ello y abandonará el comportamiento porque ya no le satisfará.

Debemos aceptar las diferentes reacciones que puede tener nuestro hijo mayor ante la llegada de un bebé, desde los celos a la curiosidad  pasando por la no involucración, si no le apetece. Tomando medidas como las descritas y permitiendo que la relación se desarrolle con naturalidad, lograremos una mejor adaptación de nuestro primogénito a la nueva situación.

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