Diagnóstico y tratamiento por internet

18 de septiembre de 2018

Los avances en la tecnología de la información y la comunicación, traen consigo muchos cambios en el día a día de las personas, desde el como realizamos las compras, hasta la forma de comunicarnos. Por ello, no es de extrañar que muchos pacientes utilicen este recurso para afrontar las enfermedades, buscando información sobre ellas en internet.

Tal como refleja el artículo E-patients están aquí para quedarse, publicado en el British Medical Journal, en marzo del 2018, que un paciente esté interesado en conocer las causas de su enfermedad o los diversos tratamientos que hay, es una actitud positiva y proactiva que los médicos deberían aprovechar a su favor. De hecho, aunque el médico responsable del tratamiento es quien debe proponer las opciones de tratamiento disponibles y efectivas, el paciente puede contribuir en el diseño de su propio tratamiento explicándole al doctor cuales son para él las mejores opciones.

El problema con el que se encuentran los médicos es que la información a la que acceden a través de internet es muchas veces errónea o poco contrastada y algunos pacientes llegan a cuestionar a los médicos basándose en este tipo de información.

Así pues, dado que las nuevas generaciones de pacientes van a seguir buscando información sobre sus enfermedades, los profesionales deberían fomentar su colaboración y dar acceso a información contrastada que pueda ayudarles a conocer más sobre su enfermedad y sobre lo que pueden hacer para contribuir a su recuperación.

En opinión del Dr. Carbonell la transformación digital de la medicina es ya una realidad y es importante que tanto los médicos como los usuarios se familiaricen con el uso de las nuevas tecnologías. El objetivo de este blog es poder ofrecer información contrastada ya que el peligro de la red es el exceso de información en muchas ocasiones, sin rigor científico.

Por Instituto Carbonell 14 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que no existe una diferencia de edad perfecta en la pareja, porque lo verdaderamente determinante no son los años, sino la conexión emocional. Señala que en consulta ha visto parejas con grandes diferencias de edad —tanto hombres mayores con mujeres más jóvenes como a la inversa— que funcionan muy bien gracias a su complicidad, afinidad intelectual, intereses compartidos y energía similar. Destaca que ninguna edad garantiza que una relación vaya a durar, del mismo modo que tampoco lo hacen otros factores como la cultura, los hijos o los proyectos en común. Por ello, recomienda no dejarse influir por la opinión social y centrarse en lo que la relación aporta a quienes la viven. Concluye afirmando que, más allá de estadísticas o prejuicios, lo esencial es cómo cada pareja cuida su vínculo y afronta sus propias complejidades.
Por Instituto Carbonell 13 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que en la vida, y especialmente en el amor, no todo vale. Señala que aunque tengamos objetivos personales o afectivos, jamás debemos alcanzarlos a costa de manipular, engañar o pasar por encima de los sentimientos de los demás. Advierte que actuar sin límites éticos nos convierte en personas que buscan su propio placer o gratificación sin considerar el daño causado, y eso tiene consecuencias. Subraya que vivimos rodeados de personas con emociones reales, que confían en nuestras palabras y pueden sufrir si usamos esas palabras solo para obtener lo que queremos. Concluye recordando que, igual que no queremos que nos hagan daño, tampoco debemos causarlo: no todo vale y nuestras acciones siempre tienen impacto.
Por Instituto Carbonell 12 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando una relación no fluye de manera natural —ya sea con amistades del pasado, con una expareja, con hijos o con los propios padres— forzarla solo genera desgaste y tensiones innecesarias. Señala que es legítimo intentar recuperar la cordialidad, pero también es esencial reconocer el punto en el que el esfuerzo deja de ser sano y empieza a perjudicar nuestro bienestar. Añade que no debemos supeditar nuestra vida al deseo de obtener perdón o restaurar algo que no avanza por sí solo. Concluye que, si las cosas fluyen, adelante; pero si no, no vale la pena sacrificar la salud emocional intentando que funcione lo que no está preparado para funcionar.