No lx idealices
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, nos invita a reflexionar sobre una trampa emocional muy común: la idealización de las personas, ya sean figuras del pasado o nuevas personas que estamos conociendo en el presente. Según explica, idealizar no solo distorsiona nuestra percepción de la realidad, sino que también alimenta expectativas irreales que pueden llevar al desengaño y al sufrimiento.
En cuanto a las personas del pasado, Carbonell advierte que solemos caer en la tentación de recordar solo lo bueno, olvidando los conflictos, las decepciones o los motivos reales por los que esa relación no funcionó. Esta memoria selectiva puede hacernos creer que perdimos algo valioso e irrepetible, cuando en realidad, si esa persona ya no forma parte de nuestra vida, probablemente sea porque los aspectos negativos pesaban más que los positivos.
Por otro lado, también es común idealizar a quienes estamos conociendo recién. Con muy poca información real, proyectamos en ellos deseos, virtudes y un futuro idílico: creemos que será la pareja perfecta, que compartirá todos nuestros intereses, que formaremos una familia feliz, etc. Esta proyección prematura, basada más en nuestras necesidades que en hechos concretos, hipoteca la relación desde el inicio, porque la persona idealizada no puede cumplir con una imagen que no le corresponde.
El psiquiatra propone como antídoto centrarse en el presente, en el día a día, y dejar que las personas se muestren tal como son, sin expectativas ni filtros idealizados. Así se construyen vínculos más reales, más justos y con mayor posibilidad de éxito.
Finalmente, insiste en que tanto el pasado como el futuro deben verse con perspectiva. Idealizar nos aleja de lo que es y nos engancha con lo que imaginamos que fue o que podría ser. Y eso, en lugar de ayudar, nos impide avanzar. Por ello, nos aconseja tener precaución con esta tendencia natural a idealizar, para poder vivir nuestras relaciones con más realismo, serenidad y equilibrio emocional.

