Ansiedad en la pareja

2 de junio de 2025

El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, explica con claridad cómo la ansiedad puede influir profundamente en la percepción y la dinámica de una relación de pareja. Según él, muchas personas llegan a consulta con síntomas de ansiedad —como opresión en el pecho, sensación de ahogo o pensamientos confusos— que asocian automáticamente a problemas con su pareja. Esta asociación puede ser acertada, pero también puede ser engañosa, y por eso es necesario profundizar antes de llegar a conclusiones.


Carbonell subraya que la ansiedad personal muchas veces se proyecta sobre la relación de pareja. Cuando uno no se siente bien consigo mismo —por causas como el trabajo, los cambios estacionales, el estrés o incluso alteraciones hormonales o emocionales puntuales—, es fácil culpar a la relación o a la otra persona, simplemente porque es lo más cercano y lo que más impacto tiene en nuestro día a día.


El error frecuente, explica, es interpretar el malestar interno como una señal de que la pareja no funciona o de que la otra persona “no aporta lo que debería”, cuando en realidad, lo que puede estar ocurriendo es una crisis personal que necesita ser identificada y tratada de manera individual.


Asimismo, el doctor señala que las relaciones de pareja implican una convivencia emocional intensa, donde también se comparten las cargas emocionales. Por eso, si uno de los dos está atravesando un periodo de ansiedad, puede afectar el flujo de la relación sin que eso signifique necesariamente que el vínculo esté roto o destinado a fracasar.


El mensaje clave del Dr. Carbonell es de precaución y autoconocimiento: si estás sintiendo ansiedad dentro de tu relación, antes de tomar decisiones drásticas, pregúntate si estás bien contigo mismo, si tus emociones pueden estar nublando tu juicio o si lo que realmente necesitas es ayuda profesional individual para recuperar el equilibrio. Muchas veces, con una pequeña intervención o guía externa, la relación puede volver a fluir con naturalidad.

Por Instituto Carbonell 19 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell , médico y psiquiatra, aborda con sensibilidad y realismo la difícil situación que implica una separación o divorcio en una relación de pareja. Preguntarse “¿te quieres divorciar de mí?” no es solo una expresión de crisis emocional, sino también el inicio de un proceso complejo que va mucho más allá del rompimiento afectivo. Carbonell reconoce que los motivos para divorciarse pueden estar más que justificados, pero advierte que tomar esa decisión trae consigo una serie de repercusiones legales, emocionales, familiares y personales que no siempre son consideradas al principio. Por eso, recomienda enfáticamente que el proceso se lleve a cabo con apoyo profesional: un buen abogado , para afrontar los aspectos legales correctamente, y un terapeuta , ya sea psicólogo o psiquiatra, que acompañe emocionalmente tanto a los adultos como a los hijos, si los hay. El doctor subraya que el divorcio es, en esencia, un cambio vital de gran impacto , que puede implicar mudanzas, reorganización de rutinas, reestructuración familiar y, en muchos casos, una doble forma de educar a los hijos. Es precisamente por esta complejidad que Carbonell insiste en no afrontar el proceso en soledad ni con improvisación, sino con una estructura sólida de apoyo profesional .  En su experiencia clínica, ha visto cómo el acompañamiento adecuado puede transformar el caos en un camino más ordenado y humano. Su mensaje es claro: si estás considerando una separación o enfrentando un divorcio, hazlo con responsabilidad emocional, cuidando no solo tu bienestar, sino también el de los hijos y el entorno cercano. Buscar ayuda no es una muestra de debilidad, sino un acto de madurez y respeto hacia uno mismo y hacia los demás.
Por Instituto Carbonell 18 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell , médico y psiquiatra, reflexiona en este mensaje sobre una idea muy común pero muchas veces tóxica: “te conformas con poco”. Esta frase, que puede venir de familiares, amigos o incluso del entorno social, sugiere que la vida que uno lleva no está a la altura de sus supuestas capacidades o expectativas. Vivimos en una sociedad que constantemente nos empuja a superarnos, a alcanzar ideales de éxito, belleza y estatus. Vemos cómo las personas se transforman cada día para cumplir con esos estándares. Pero según Carbonell, lo que verdaderamente importa no es esa imagen pública o social, sino cómo nos sentimos en nuestra vida cotidiana, en la intimidad de nuestro hogar, en la relación con nosotros mismos y con las personas cercanas. El doctor subraya que no hay nada de malo en tener ambiciones o querer mejorar, pero advierte sobre el riesgo de vivir permanentemente frustrados por no alcanzar expectativas externas o ideales ajenos. El verdadero equilibrio, afirma, está en reconocer nuestras propias metas, valorar lo que ya tenemos y disfrutar de lo que nos da paz y felicidad diaria —aunque a los ojos de otros parezca “poco”.  Por eso, su mensaje es claro y empático: no te dejes arrastrar por la presión externa si lo que tienes te llena, te hace levantarte con ganas, y te permite vivir con salud emocional y serenidad. Las pequeñas cosas —un trabajo que te gusta, relaciones cercanas, tranquilidad interior— son las que realmente sostienen una vida plena. Y eso nunca será “conformarse con poco”, sino saber vivir con lo que de verdad importa.
Por Instituto Carbonell 17 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell , médico y psiquiatra, reflexiona en este texto sobre una actitud defensiva y común en personas que atraviesan un mal momento emocional: “yo estoy bien, el problema son los demás”. Esta postura puede aparecer cuando amigos o familiares intentan acercarse con preocupación genuina, señalando cambios negativos o señales de sufrimiento, y reciben como respuesta una negación total acompañada de un discurso que proyecta el malestar en el entorno. Carbonell describe cómo estas personas, a menudo sin darse cuenta, adoptan una percepción distorsionada de la realidad, viéndose como víctimas constantes de su entorno y rechazando cualquier crítica o sugerencia de ayuda. Aun así, el Dr. Carbonell subraya la importancia de no abandonar a quienes se encuentran en esa situación. Si queremos y valoramos a esa persona, debemos procurar mantenernos a su lado con paciencia, sin confrontaciones, acompañando el proceso sin dejarnos arrastrar emocionalmente por su visión negativa o su aislamiento. Es crucial, según el doctor, conservar nuestro propio equilibrio: no asumir como verdad todo lo que la persona dice, ni dejarnos afectar por su percepción distorsionada. Al mismo tiempo, hay que entender que, en ciertos casos, la mejor forma de ayudar es recomendar que esa persona busque apoyo profesional. No siempre podremos cambiar o convencer a alguien desde el afecto o la amistad; hay ocasiones en las que la intervención de un terapeuta o psiquiatra es necesaria para iniciar un verdadero cambio.  El mensaje final de Carbonell es claro: el apoyo emocional es valioso, pero debe ir acompañado de límites sanos y de la conciencia de que ayudar no siempre significa resolver, sino a veces guiar hacia quien sí puede hacerlo.