Miedo a enamorarme

3 de junio de 2025

El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, aborda en este mensaje una emoción profundamente humana y cada vez más común: el miedo a enamorarse nuevamente. Según él, este temor no surge porque no se desee el amor, sino por todo lo que implica: exponerse emocionalmente, compartir espacios, ceder autonomía y asumir el riesgo del sufrimiento.


Carbonell explica que muchas personas que han tenido relaciones pasadas saben ya lo que significa construir un vínculo: hay que ceder progresivamente, aprender a convivir con la diferencia, y confiar en que la otra persona hará lo mismo. Sin embargo, cuando las experiencias previas han sido dolorosas, traicioneras o emocionalmente exigentes, queda una marca. Y con ella, una resistencia natural a volver a abrirse por miedo a repetir el mismo daño.


Esta resistencia, según el doctor, no es debilidad, es precaución emocional. Es una defensa lógica cuando ya se ha vivido el dolor. El problema es cuando esa defensa se convierte en un bloqueo constante, una especie de barrera que impide vivir nuevas experiencias por miedo a salir herido nuevamente.


Además, Carbonell destaca un punto clave: cuando estamos solos y aprendemos a estar bien con nosotros mismos, creamos un centro de control interno que nos da seguridad, estabilidad y autonomía. Y, aunque eso es algo muy valioso, puede dificultar el proceso de dejar entrar a alguien más, porque enamorarse es también perder algo de control.


No obstante, el doctor nos anima a no rendirnos frente al amor, recordando que la experiencia —aunque nos deja cicatrices— también nos enseña. No se trata de lanzarse al vacío sin sentido, sino de abrirse con madurez, con límites sanos y sin hipotecar el futuro por errores del pasado. El hecho de haber sufrido no significa que se deba renunciar al amor para siempre.


Finalmente, el Dr. Carbonell concluye con un mensaje esperanzador: las personas que más te pueden aportar suelen llegar cuando menos te lo esperas. Por eso, aunque tengas miedo, no cierres la puerta del todo. El amor, si llega en el momento adecuado y con la persona adecuada, puede ser sanador, no solo doloroso.

Por Instituto Carbonell 20 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell , médico y psiquiatra, reflexiona sobre las relaciones a distancia, una realidad cada vez más común en su consulta y en la vida moderna. Lejos de considerarlas un obstáculo insalvable, plantea que no solo pueden funcionar, sino que incluso pueden aportar beneficios si se gestionan adecuadamente. Carbonell menciona diversos casos que ha visto en su práctica clínica: parejas que se conocieron a distancia y han sostenido esa dinámica desde el inicio, otras que han tenido que separarse físicamente por motivos laborales, y también convivencias en las que uno de los miembros debe ausentarse durante la semana. Todas estas situaciones tienen en común un mismo reto: cómo se estructura y se vive la relación pese a la distancia . Según el doctor, lo esencial no es la cercanía física, sino cómo se plantean y organizan los vínculos . Para algunas personas, la distancia incluso puede representar un alivio, permitiéndoles preservar su espacio personal y su independencia sin que eso implique una desconexión emocional. No obstante, advierte que las relaciones a distancia requieren más esfuerzo consciente , especialmente en la comunicación, la gestión del tiempo y la claridad de expectativas. Ambos miembros deben comprometerse a estar presentes emocionalmente, incluso si no pueden estarlo físicamente. Esto incluye coordinar tiempos para hablar, mantener hábitos compartidos en la medida de lo posible y cuidar los detalles que refuercen la conexión.  En definitiva, el mensaje del Dr. Carbonell es claro y positivo: una relación a distancia no es necesariamente una relación frágil. Con compromiso, estructura y comunicación adecuada, puede ser tan sólida y satisfactoria como cualquier otra. La clave está en cómo se vive, no en la geografía.
Por Instituto Carbonell 19 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell , médico y psiquiatra, aborda con sensibilidad y realismo la difícil situación que implica una separación o divorcio en una relación de pareja. Preguntarse “¿te quieres divorciar de mí?” no es solo una expresión de crisis emocional, sino también el inicio de un proceso complejo que va mucho más allá del rompimiento afectivo. Carbonell reconoce que los motivos para divorciarse pueden estar más que justificados, pero advierte que tomar esa decisión trae consigo una serie de repercusiones legales, emocionales, familiares y personales que no siempre son consideradas al principio. Por eso, recomienda enfáticamente que el proceso se lleve a cabo con apoyo profesional: un buen abogado , para afrontar los aspectos legales correctamente, y un terapeuta , ya sea psicólogo o psiquiatra, que acompañe emocionalmente tanto a los adultos como a los hijos, si los hay. El doctor subraya que el divorcio es, en esencia, un cambio vital de gran impacto , que puede implicar mudanzas, reorganización de rutinas, reestructuración familiar y, en muchos casos, una doble forma de educar a los hijos. Es precisamente por esta complejidad que Carbonell insiste en no afrontar el proceso en soledad ni con improvisación, sino con una estructura sólida de apoyo profesional .  En su experiencia clínica, ha visto cómo el acompañamiento adecuado puede transformar el caos en un camino más ordenado y humano. Su mensaje es claro: si estás considerando una separación o enfrentando un divorcio, hazlo con responsabilidad emocional, cuidando no solo tu bienestar, sino también el de los hijos y el entorno cercano. Buscar ayuda no es una muestra de debilidad, sino un acto de madurez y respeto hacia uno mismo y hacia los demás.
Por Instituto Carbonell 18 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell , médico y psiquiatra, reflexiona en este mensaje sobre una idea muy común pero muchas veces tóxica: “te conformas con poco”. Esta frase, que puede venir de familiares, amigos o incluso del entorno social, sugiere que la vida que uno lleva no está a la altura de sus supuestas capacidades o expectativas. Vivimos en una sociedad que constantemente nos empuja a superarnos, a alcanzar ideales de éxito, belleza y estatus. Vemos cómo las personas se transforman cada día para cumplir con esos estándares. Pero según Carbonell, lo que verdaderamente importa no es esa imagen pública o social, sino cómo nos sentimos en nuestra vida cotidiana, en la intimidad de nuestro hogar, en la relación con nosotros mismos y con las personas cercanas. El doctor subraya que no hay nada de malo en tener ambiciones o querer mejorar, pero advierte sobre el riesgo de vivir permanentemente frustrados por no alcanzar expectativas externas o ideales ajenos. El verdadero equilibrio, afirma, está en reconocer nuestras propias metas, valorar lo que ya tenemos y disfrutar de lo que nos da paz y felicidad diaria —aunque a los ojos de otros parezca “poco”.  Por eso, su mensaje es claro y empático: no te dejes arrastrar por la presión externa si lo que tienes te llena, te hace levantarte con ganas, y te permite vivir con salud emocional y serenidad. Las pequeñas cosas —un trabajo que te gusta, relaciones cercanas, tranquilidad interior— son las que realmente sostienen una vida plena. Y eso nunca será “conformarse con poco”, sino saber vivir con lo que de verdad importa.