Psiconeuroinmunología, cómo proteger la salud a través del pensamiento.

2 de marzo de 2015

La psiconeuroinmunología se puede definir como la ciencia que estudia la relación entre el cerebro, los factores psicológicos y el sistema inmune. Esto implica, cómo afecta la manera en la que nos hablamos a nosotros mismos, al sistema inmunológico y por tanto a nuestra salud general.

Veamos brevemente como funciona: Ante la presencia o anticipación de una situación interpretada como amenazante, se activa el llamado “sistema de lucha o huída”, el cual desencadena una serie de mecanismos que derivan en la liberación de hormonas del estrés. Estas movilizan los recursos de nuestro organismo para afrontar la hipotética situación de peligro, pero también inhiben la actividad del sistema inmune para reservar energía. Es un mecanismo perfecto para afrontar situaciones realmente peligrosas de corta duración, por ejemplo, dar un “volantazo” a tiempo para evitar un accidente de tráfico. Sin embargo, si aquello que nos produce estrés se prolonga en el tiempo o cronifica, los efectos en nuestro organismo pueden derivar en el desarrollo de enfermedades físicas y/o psicológicas.

No sólo la presencia de peligro real activa este mecanismo de defensa sino que la percepción, las creencias de qué algo irá, ha ido o va mal, engañan a nuestro sistema y lo ponen a trabajar como si se tratara de nuestros antepasados ante la presencia de una fiera salvaje, pudiendo producir a la larga trastornos de ansiedad.

Las palabras con las que construimos nuestros pensamientos nos generan unas emociones y en consecuencia modulan nuestro estado de ánimo. Utilizar el pensamiento positivo no significa obviar lo que no nos agrada, sino que implica hacer un análisis completo y realista de los eventos, focalizando en aquello positivo que podemos extraer de casi cualquier situación.

El estrés es un mecanismo de defensa imprescindible para la supervivencia, pero debe quedar circunscrito a aquellas situaciones en la que es necesario y durante un breve periodo de tiempo. Cuando el estrés o la negatividad se prolongan, debemos revisar si estamos interpretando la vida de una manera realista y optimista que nos haga experimentar una realidad mejor, favoreciendo así nuestra salud física y emocional. 

Por Instituto Carbonell 27 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell desmonta un mito muy común: la creencia de que solo se debe acudir al psiquiatra o al psicólogo cuando uno está en una situación crítica o "muy mal". Desde su experiencia médica y psiquiátrica, insiste en que es un error esperar a tocar fondo para buscar ayuda profesional. La terapia no está reservada únicamente para casos graves; al contrario, puede ser una herramienta valiosa para mejorar muchos aspectos de la vida cotidiana. Explica que los profesionales de la salud mental pueden ayudar en temas tan diversos como el insomnio, la alimentación, la ansiedad, los cambios de humor, o la gestión emocional dentro del entorno laboral o familiar. También se trabaja en mejorar la calidad de las relaciones personales, ya sea con padres, pareja o colegas, y en aprender a estructurar mejor el día a día para vivir con más equilibrio y bienestar.  El Dr. Carbonell resalta que acudir a terapia en las etapas iniciales del malestar —antes de que los problemas se agraven— es mucho más efectivo. La intervención temprana facilita un abordaje más preventivo y menos traumático, y permite construir herramientas emocionales para enfrentar la vida con mayor solidez. Por ello, anima a dejar atrás prejuicios y a considerar la terapia como una forma natural y positiva de autocuidado.
Por Instituto Carbonell 26 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell ofrece pautas sencillas pero muy eficaces para gestionar el estrés cotidiano, partiendo de una idea central: la organización es clave. En primer lugar, recomienda planificar el día siguiente con antelación, identificando de forma clara no solo las tareas y obligaciones, sino también los momentos destinados específicamente al descanso. Este equilibrio es esencial, ya que el estrés no solo proviene del exceso de trabajo, sino también de la falta de pausas bien estructuradas. Explica que la atención y la concentración humanas tienen un límite natural, por lo que sugiere trabajar en bloques de aproximadamente 45 minutos, seguidos de descansos breves de unos 15 minutos. Además, destaca la importancia de incorporar pausas más largas a lo largo del día: una por la mañana, otra al mediodía y otra en la tarde o noche.  El Dr. Carbonell subraya un punto esencial: la verdadera productividad no depende únicamente del número de horas trabajadas, sino de la calidad del descanso que se intercala entre las tareas. Por ello, invita a estructurar los días de manera consciente, dándole el mismo valor al tiempo productivo que al tiempo de recuperación mental y física. Esta estrategia, afirma, es una de las formas más efectivas de prevenir y manejar el estrés de forma saludable.
Por Instituto Carbonell 25 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell lanza un mensaje claro y directo: "No pienses tanto, no le des vueltas a las cosas". Desde su experiencia como médico y psiquiatra, comparte que muchas personas llegan a su consulta atrapadas en un patrón de pensamiento excesivo y rumiativo, donde dudan constantemente de sí mismas, cuestionan si lo que piensan está bien o mal, o viven pendientes de lo que los demás puedan estar opinando sobre ellas. Explica que esta sobrecarga mental puede convertirse en una especie de bola creciente, difícil de detener, y que acaba afectando seriamente la estabilidad emocional. Muchas veces, añade, quienes sufren este tipo de pensamiento repetitivo ni siquiera reconocen que necesitan ayuda, y acaban atrapados en un ciclo que los lleva, una y otra vez, al mismo punto de partida: ansiedad, estrés, incertidumbre y malestar emocional. El Dr. Carbonell insiste en que es fundamental aprender a manejar el estrés, la ansiedad y, sobre todo, los propios pensamientos. Si uno puede establecer límites mentales y aplicar pautas de autorregulación por su cuenta, eso es positivo. Pero si este pensamiento excesivo —o overthinking— comienza a interferir con la vida diaria, impidiendo el descanso, la concentración o el bienestar general, es necesario acudir a un profesional.  Buscar ayuda no es señal de debilidad, sino una manera responsable y valiente de recuperar el equilibrio mental y aprender herramientas eficaces para gestionar lo que ocurre en la mente.