¿Qué hacer si tenemos miedo a volar?

19 de febrero de 2020

La fobia a volar es un trastorno de ansiedad, de los más frecuentes. Las personas que la sufren, con solo pensar en un avión ya tienen malestar. Este estado de alerta les condiciona en su vida diaria. Por eso es importante diferenciar entre esta fobia y la “inseguridad” que puede producir coger un avión, como explica Pedro Adrados, psicólogo clínico, en el artículo “Si tiene miedo a volar esto le interesa. Técnicas, tratamientos y consejos para superar la fobia a los aviones” (La razón, 2019).

En España, más de 2,5 millones de personas tienen fobia a volar, según el Instituto Nacional de Estadística. Podemos encontrar dos tipos: uno es el miedo a que suceda un accidente o fallo en el avión durante el vuelo, y el otro es el miedo a sufrir un ataque de ansiedad mientras se encuentra dentro del avión.

El origen de este miedo no se conoce aún. Hay expertos que explican que podría estar relacionado con algún acontecimiento traumático, o incluso por haber escuchado a otra persona contarlo.

Para poder afrontar esta fobia a volar, es muy importante realizar un tratamiento psicológico para poder entender la ansiedad que sentimos y cómo afrontarla. La técnica que se suele usar en este caso es la exposición de forma gradual, segura y controlada por un profesional de la salud, para ir superando el miedo. Para disminuir la activación fisiológica, es decir, la sudoración, taquicardia, hiperventilación, … se utilizan técnicas de relajación. Con estas se quiere proporcionar al paciente herramientas para que cuando le ocurra pueda reducir estos síntomas. Y, para controlar los pensamientos negativos, lo primero que hay que aprender es a identificarlos y luego a tomar conciencia de que son intrusivos y no prestarles atención. También, nos podemos anticipar al miedo, buscando alguna actividad que nos distraiga durante el vuelo, como leer o escuchar música.

El paciente que necesite volar de forma urgente y no pueda superar esta fobia o sufra de otros trastornos ansiosos se recomienda un tratamiento farmacológico que consiste en medicamentos betabloqueantes o tranquilizantes (benzodiacepinas). Este tratamiento tiene que estar pautado y supervisado por un psiquiatra, ya que cada persona tiene unas necesidades y características diferentes.

En opinión del Dr. Carbonell, este tipo de miedo puede llegar a ser muy incapacitante para personas que necesitan volar de forma frecuente. Al igual que en cualquier otro trastorno de ansiedad es importante detectar pronto los síntomas y ponerse en manos de profesionales de la salud mental para solucionar el problema.

Por Instituto Carbonell 12 de junio de 2025
El Dr. Carbonell analiza el comportamiento de las personas excesivamente insistentes, aquellas que, a pesar de no recibir respuesta o interés, siguen buscando contacto a través de llamadas, mensajes, correos o apariciones frecuentes. Este tipo de insistencia, que puede comenzar como una muestra de interés legítimo, se convierte en un problema cuando no se respetan los límites que la otra persona intenta establecer. Según el Dr. Carbonell, es comprensible que al principio alguien insista con la intención de demostrar interés o de confirmar si hay una posibilidad real de vínculo. El problema surge cuando esa insistencia se vuelve invasiva, persiste frente a señales claras de rechazo o incomodidad, y no se acepta un “no” como respuesta. Por eso, el Dr. Carbonell recomienda establecer límites firmes y expresarlos de forma clara y directa. Es importante comunicar sin ambigüedades que no se desea continuar el contacto, que la otra persona está actuando unilateralmente y que su comportamiento está empezando a generar un impacto negativo. Si, pese a ello, la insistencia persiste y se traspasan los límites del respeto y la libertad personal, es necesario considerar la posibilidad de acudir a recursos legales para proteger el bienestar y la integridad emocional.  En resumen, el Dr. Carbonell subraya la importancia de no permitir que una relación indeseada o desequilibrada invada el espacio personal. La claridad, el autocuidado y, si es necesario, la intervención formal, son esenciales para poner fin a este tipo de situaciones.
Por Instituto Carbonell 11 de junio de 2025
El Dr. Carbonell aborda el fenómeno de la doble vida, un comportamiento que, aunque sorprendente, ha observado en numerosas ocasiones a lo largo de su experiencia clínica. Explica que existen personas que son capaces de mantener dos vidas paralelas —en ocasiones, incluso dos familias distintas— sin que una sepa de la existencia de la otra. Este tipo de comportamiento no siempre está asociado a perfiles extravagantes o fácilmente sospechosos; al contrario, muchas veces proviene de personas aparentemente normales, discretas y sencillas, lo que genera una gran sorpresa en quienes las rodean. El Dr. Carbonell subraya que su función como profesional no es juzgar, sino comprender y acompañar. No obstante, pone el foco en quienes sufren las consecuencias de estas dobles vidas: las víctimas, que pueden descubrir años después la existencia de otra familia, otros hijos, u otra vida completamente desconocida. A esas personas les recuerda que no tienen ninguna culpa de lo ocurrido y que la responsabilidad recae únicamente en quien eligió vivir con ocultamientos y engaños. En cuanto a las personas que llevan esa doble vida, muchas veces, cuando intentan justificar sus actos, reconocen que la situación se les fue de las manos. Afirman que no supieron cómo ponerle fin, ni a quién elegir, y que, finalmente, aprendieron a sostener ambas realidades simultáneamente, aunque ello implicara una gran carga emocional y, en muchos casos, daño colateral. En definitiva, el Dr. Carbonell confirma que sí, existen personas capaces de llevar una doble vida, pero lamentablemente, los que más sufren no son quienes la viven, sino quienes la descubren tarde y deben reconstruir su mundo emocional a partir de esa traición.
Por Instituto Carbonell 10 de junio de 2025
El Dr. Carbonell reflexiona sobre una situación común en las relaciones sociales: cuando dos personas cercanas, amigos o conocidos, presentan versiones diferentes de un mismo conflicto y nos piden que tomemos partido. Ante esta disyuntiva, subraya que ambas personas pueden tener razón desde su propia perspectiva, ya que cada uno interpreta la realidad a través de su experiencia emocional y subjetiva. El Dr. Carbonell aconseja no intervenir directamente ni posicionarse a favor de una de las partes. En cambio, propone escuchar con empatía a ambos, recordando que, muchas veces, lo único que buscan es ser comprendidos, más que tener razón. Tomar partido solo puede llevar a tensiones innecesarias, e incluso al deterioro de las relaciones con uno u otro amigo. Además, advierte que involucrarse en un conflicto ajeno, incluso si nos presentan pruebas como mensajes, vídeos o imágenes, puede colocarnos en una posición incómoda o comprometida. Al brindar apoyo a uno, es fácil que el otro se sienta traicionado o juzgado, algo que no es deseable si se quiere mantener una relación saludable con ambos. En conclusión, el Dr. Carbonell recomienda mantener una postura neutral y no dejarse arrastrar por dinámicas de confrontación entre terceros. Cada uno tiene su versión legítima de los hechos y no es nuestra responsabilidad resolver un conflicto que no nos pertenece.