Sensación de fracaso e incremento de suicidio en los hombres

26 de enero de 2016

La presión por conseguir el éxito laboral, la conciliación familiar y el reconocimiento social es uno de los factores de riesgo de suicidio actual, según estudios realizados en la Academia Internacional de Investigación del Suicidio.

El presidente de la Academia Internacional de Investigación del Suicidio, el profresor Rory O’ Connor, lleva 20 años estudiando los procesos psicológicos que se esconden tras el suicidio. Existen ciertas vulnerabilidades que aumentan el riesgo de suicidio como la impulsividad, la melancolía obsesiva, niveles bajos de serotonina o falta de habilidades sociales.

La tasa de suicidio femenino se mantiene más o menos estable desde 2007, mientras que la de los hombres se encuentra en su nivel más elevado desde 2001. Casi 8 de cada 10 suicidios son masculinos, una cifra que lleva más de 10 años en aumento.

En 2013 la causa más probable de muerte para un hombre de entre 20 y 49 años era la propia decisión de no seguir viviendo. Tras años de estudio, O’ Connor descubrió que las mentes suicidas estaban dominadas por un fenómeno psicológico llamado perfeccionismo social .

Cuando se es perfeccionista social, uno tiende a identificarse con los roles y responsabilidades que cree tener en la vida. “No se trata de lo que uno espera de sí mismo” explica O´ Connor, “sino de lo que cree que piensan los demás. Que ha decepcionado a otros, que ha fracasado como padre, como hermano, o lo que sea”.

Esto puede ser muy perjudicial, pues están especulando sobre los juicios de otras personas acerca de uno mismo. “No tiene nada que ver con lo que la gente piensa realmente acerca de uno”, asegura. “Sino con lo que uno cree que ellos esperan”.

Su primer estudio tuvo lugar en 2003, con 22 personas que habían intentado suicidarse recientemente, más un grupo control. Fueron evaluados mediante un cuestionario de 15 preguntas para medir el acuerdo con afirmaciones tales como “el éxito está en trabajar todavía más para complacer a los demás” o “la gente no espera de mí menos que la perfección”.

O’ Connor explica que la sociedad está sufriendo cambios “ahora también tienes que ser el Sr. Metrosexual. Las expectativas son aún mayores, hay más oportunidades para que el hombre fracase”.

El perfil del perfeccionista social es el de alguien que posee unas expectativas inusualmente altas de sí mismo. Su autoestima depende de su capacidad para mantener un nivel, a veces imposible, de éxito. Poseen una desproporcionada necesidad de complacer así como la tendencia a creer que han fallado a los demás.

Existe una diferencia de género que explica por qué tantos hombres deciden acabar con sus vidas. Por lo general, un hombre, encuentra más difícil hablar de sus dilemas emocionales de la misma manera que cuando se trata de hablar de proyectos que empiezan a tambalearse.

En resumen, queda claro la existencia de un desequilibrio entre las necesidades y los recursos disponibles en relación a la salud mental del hombre. Es imprescindible desmitificar, desestigmatizar el apoyo psicológico para que los hombres puedan acceder a éste y así poder afrontar el futuro con la ayuda que precisan.

 

 

Por Instituto Carbonell 27 de julio de 2025
El Dr. José Carbonell desmonta un mito muy común: la creencia de que solo se debe acudir al psiquiatra o al psicólogo cuando uno está en una situación crítica o "muy mal". Desde su experiencia médica y psiquiátrica, insiste en que es un error esperar a tocar fondo para buscar ayuda profesional. La terapia no está reservada únicamente para casos graves; al contrario, puede ser una herramienta valiosa para mejorar muchos aspectos de la vida cotidiana. Explica que los profesionales de la salud mental pueden ayudar en temas tan diversos como el insomnio, la alimentación, la ansiedad, los cambios de humor, o la gestión emocional dentro del entorno laboral o familiar. También se trabaja en mejorar la calidad de las relaciones personales, ya sea con padres, pareja o colegas, y en aprender a estructurar mejor el día a día para vivir con más equilibrio y bienestar.  El Dr. Carbonell resalta que acudir a terapia en las etapas iniciales del malestar —antes de que los problemas se agraven— es mucho más efectivo. La intervención temprana facilita un abordaje más preventivo y menos traumático, y permite construir herramientas emocionales para enfrentar la vida con mayor solidez. Por ello, anima a dejar atrás prejuicios y a considerar la terapia como una forma natural y positiva de autocuidado.
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El Dr. José Carbonell lanza un mensaje claro y directo: "No pienses tanto, no le des vueltas a las cosas". Desde su experiencia como médico y psiquiatra, comparte que muchas personas llegan a su consulta atrapadas en un patrón de pensamiento excesivo y rumiativo, donde dudan constantemente de sí mismas, cuestionan si lo que piensan está bien o mal, o viven pendientes de lo que los demás puedan estar opinando sobre ellas. Explica que esta sobrecarga mental puede convertirse en una especie de bola creciente, difícil de detener, y que acaba afectando seriamente la estabilidad emocional. Muchas veces, añade, quienes sufren este tipo de pensamiento repetitivo ni siquiera reconocen que necesitan ayuda, y acaban atrapados en un ciclo que los lleva, una y otra vez, al mismo punto de partida: ansiedad, estrés, incertidumbre y malestar emocional. El Dr. Carbonell insiste en que es fundamental aprender a manejar el estrés, la ansiedad y, sobre todo, los propios pensamientos. Si uno puede establecer límites mentales y aplicar pautas de autorregulación por su cuenta, eso es positivo. Pero si este pensamiento excesivo —o overthinking— comienza a interferir con la vida diaria, impidiendo el descanso, la concentración o el bienestar general, es necesario acudir a un profesional.  Buscar ayuda no es señal de debilidad, sino una manera responsable y valiente de recuperar el equilibrio mental y aprender herramientas eficaces para gestionar lo que ocurre en la mente.