TENGO CELOS DE TU EX
Los celos no siempre aparecen por lo que pasa en el presente. A veces surgen mirando al pasado, cuando la figura de la expareja de quien hoy es tu compañero o compañera se convierte en una sombra constante. A este fenómeno se le ha llamado “Síndrome de Rebecca”, inspirado en la novela de Daphne du Maurier. En la vida real, esta situación se traduce en lo que conocemos como “celos retrospectivos”: sentir que no se compite contra una persona, sino contra un recuerdo idealizado.
Tal como indica Infante, C. en el artículo, los celos no son necesariamente patológicos. Son una emoción humana y universal. El problema surge cuando se vuelven la base de una relación: cuando todo gira en torno al miedo a perder al otro.
En el artículo también se explica, la importancia de diferenciar entre lo que sentimos y lo que hacemos con ello. Sentir celos no es malo, pero usarlo como excusa para controlar o invadir la intimidad de la pareja sí lo es. Los celos pueden convertirse en un verdadero problema cuando dejan de ser una emoción pasajera y se instalan como un hábito en la relación, cuando la atención se centra de forma obsesiva en la expareja o cuando la relación parece sostenerse solo a partir de la inseguridad.
En muchos casos, estos celos pueden surgir de inseguridades propias, experiencias pasadas o comparaciones que hemos aprendido a hacer desde nuestra historia personal. No se trata de controlar a la otra persona, sino de miedos internos sobre no ser suficiente o de sentir que podemos perder el afecto de quien queremos.
En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, no podemos elegir qué emociones aparecen, pero sí aprender a gestionar cómo reaccionamos ante ellas. Compararnos con otros solo nos roba tranquilidad, cuando lo realmente importante es reconocer que cada persona tiene su propio valor. Y si los celos comienzan a afectar la relación o generan malestar en alguna de las partes, lo más recomendable es acudir a un profesional de la salud mental que pueda acompañar y orientar en este proceso.


