9 razones sorprendentes por la que estás cansado todo el tiempo

7 de septiembre de 2016

Un estudio publicado en Fox News Health nos detalla los 9 principales motivos, más allá de la buena dieta, sueño y ejercicio, que pueden explicar porque nos sentimos cansados constantemente y qué podemos hacer para solucionarlo

Proteínas Insuficientes

Una de las razones por las que podemos sentirnos débiles es porque no estamos comiendo suficientes proteínas. Es más, el 62% de la gente piensa que come suficientes proteínas, sin embargo, sólo el 17% sabe la cantidad que realmente necesita.

A partir de los 40 años la masa muscular va disminuyendo un 8 % con cada década, lo que repercute en la fuerza y energía que tenemos para realizar actividades. Consumir la dosis necesaria de proteínas y hacer ejercicio con frecuencia también ayuda a reconstruir y mantener la masa muscular y mantener los niveles de energía altos.

Aunque la cantidad de proteínas necesaria varía entre hombres y mujeres y depende del peso y nivel de actividad, un adulto promedio de 68kg debe consumir unos 53 gramos de proteína al día.

Es una buena idea hablar con su médico o nutricionista sobre la cantidad adecuada de proteínas que debe comer.

El Tiroides

“El 90 % de los pacientes que recibo están agotados”, explica el Dr. Hall, fundador del Centro de Hall en Santa Mónica, California. Una de las causas más comunes que cita es el hipotiroidismo.

Dado que la mayoría de los médicos se basan únicamente en el análisis de sangre de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) para diagnosticar la insuficiencia tiroidea y, a menudo utilizan un rango de referencia incorrecta, el 50 % de personas están sin diagnosticar.

Para hacer un diagnóstico más preciso, su médico también debe realizarle la prueba para T3 libre, T4 libre y T3 libre inversa.

Ronquido silencioso

Es bien sabido que la apnea obstructiva del sueño puede causar fatiga. A pesar de que las personas que tienen esta condición generalmente roncan fuerte, algunas mujeres pueden tener apnea del sueño y ni siquiera saberlo. La frecuencia de sus ronquidos inaudible es a menudo mayor que lo que puede oír el oído humano, dijo el Dr. R. Avram Oro, director médico del departamento de centro de trastornos del sueño de la medicina en la Universidad de Stony Brook en Smithtown, Nueva York.

El ronquido inaudible a menudo se pasa por alto y es poco diagnosticado, pero si tiene ciertas condiciones tales como el síndrome del intestino irritable, migrañas, disfunción de la articulación temporomandibular, o enfermedad de reflujo gastroesofágico, hable con su médico acerca de hacerse un estudio del sueño para ver si usted tiene apnea obstructiva del sueño.

 Deficiencia de potasio

El potasio es un mineral que ayuda a las células de su cuerpo a funcionar correctamente, a fortalecer sus músculos y a prevenir la pérdida de masa muscular.

Para obtener suficiente potasio, es importante comer una variedad de hasta nueve porciones de frutas y verduras al día, haciendo énfasis en las verduras. Son buenas fuentes de potasio los plátanos, bayas, espinacas, aguacate y zanahorias.

Insuficiencia venosa

El 40% de las personas tienen insuficiencia venosa crónica (IVC), una condición que se produce cuando las válvulas en las venas de las piernas no funcionan correctamente. Ya que no pueden llevar la sangre desde las piernas al corazón, la sangre va en dirección opuesta a las piernas, explica el Dr. Christopher Pittman, director médico y director general de Vein911 en Tampa y St. Petersburg, Florida.

IVC es principalmente hereditaria, pero el embarazo y estar de pie durante largos períodos de tiempo en el trabajo, por ejemplo, puede aumentar su riesgo.

Los síntomas de la IVC pueden incluir hinchazón, sensación de pesadez en las piernas, calambres nocturnos, piernas inquietas, venas varicosas y venas abultadas. A pesar de que las piernas inquietas y calambres pueden afectar el sueño y hacer que nos sintamos cansados, la lentitud en las piernas por sí sola puede agotar nuestra energía.

El ultrasonido se utiliza para diagnosticar la IVC y hay varias opciones no quirúrgicas disponibles para tratarla.

Dormir demasiado

Aunque la mayoría de las personas no duermen lo suficiente, el exceso de sueño o tratar de “ponerse al día” los fines de semana no puede hacer que nos sintamos más descansados e incluso puede hacer que nos sintamos más lentos.

Dormir demasiado también puede tener efectos secundarios graves y se asocia con un mayor riesgo para la diabetes, la obesidad, las enfermedades del corazón y la muerte.

La Fundación Nacional del Sueño recomienda entre 7 y 9 horas de sueño para las personas entre las edades de 26 y 64, y entre 7 y 8 horas para los mayores de 65 años.

Ser vegetariano o vegano

La vitamina B12 es un nutriente clave que mantiene el metabolismo y la energía durante el día, y que se encuentra en la carne de res, pollo y pavo. Si usted es un vegetariano o vegano, puede que no esté recibiendo suficiente, por lo que puede sentirse cansado y desarrollar anemia.

Además de frutas y verduras, asegúrese de obtener vitamina B12 a través de lentejas, frijoles y cereales fortificados.

Deshidratación

No beber suficiente agua, nos hace sentir más débiles. Incluso la deshidratación leve puede afectar su nivel de energía, el estado de ánimo y la capacidad de pensar con claridad, según dos estudios de la Universidad de Rendimiento Humano de Connecticut.

Para mantenernos hidratados, es una buena idea llevar una botella de agua con nosotros donde quiera que vayamos y beber durante todo el día, incluso cuando no tenga sed.

Depresión y Ansiedad

La fatiga puede afectar al estado de ánimo, pero si estamos padeciendo una depresión, todo puede resultar tremendamente pesado. Además, si no estamos comiendo bien o haciendo ejercicio ya que no sentimos motivación para hacerlo, aumentará inevitablemente la fatiga.

Por otro lado, aunque la ansiedad puede hacer que el corazón se acelere a mil por hora, también puede causar que el estado de ánimo caiga en picado.

La terapia y los medicamentos pueden ayudar a la depresión y la ansiedad, pero también es importante obtener suficiente luz solar y vitamina D, especialmente en los meses de invierno.

Por Instituto Carbonell 18 de septiembre de 2025
La adolescencia siempre ha sido una etapa de cambios intensos: el cuerpo se transforma, las emociones se vuelven más intensas y las relaciones sociales adquieren un papel central. Hoy, a todo esto se suma un nuevo escenario: internet, los móviles y las redes sociales. Herramientas que abren puertas al aprendizaje, la comunicación y el entretenimiento, pero que también pueden convertirse en un riesgo si se usan sin control. Tal como explica Echeburúa, E. en el artículo, las pantallas en sí mismas no generan adicción. Lo problemático surge cuando se convierten en la vía principal de gratificación, facilitando conductas dependientes como el uso excesivo de redes sociales, los videojuegos, las apuestas online o incluso las compras compulsivas. Estas dinámicas pueden derivar en problemas emocionales y de salud, como ansiedad, depresión, insomnio, dificultades de concentración o baja autoestima. También aumentan la exposición a situaciones como el ciberacoso, la pérdida de intimidad o el acceso a contenidos inadecuados. Algunas señales de alarma que conviene no pasar por alto son: Conexión prolongada y sin control. Irritabilidad al no poder usar el móvil. Mentiras sobre el tiempo o el contenido de uso. Multitarea constante con el dispositivo. Bajo rendimiento académico. Distanciamiento de la familia y amistades. Alteraciones del sueño.  En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, detectar a tiempo estas señales y acompañar con límites claros, apoyo emocional y coherencia en el ejemplo es clave para que los adolescentes aprendan a relacionarse con la tecnología de una forma equilibrada y saludable.
Por Instituto Carbonell 17 de septiembre de 2025
Hoy en día, ligar por aplicaciones puede ser emocionante, pero también muy desgastante. Surgen comportamientos como: Ghosting: alguien desaparece sin dar explicaciones. Breadcrumbing: te dan “migajas” de atención para que no pierdas el interés, pero nunca se comprometen. Zombieing: después de desaparecer, vuelven como si nada. Tal como indica Mouzo, J. en el artículo, estas conductas afectan directamente la salud emocional: Impacto en la autoestima: cuando alguien te ignora o te deja en incertidumbre, es fácil interpretarlo como un rechazo personal, lo que puede generar inseguridad y autocrítica. Soledad y ansiedad: recibir señales confusas o intermitentes hace que la persona quede atrapada en la expectativa, aumentando la sensación de vacío y frustración. Confusión y falta de cierre: en el caso del ghosting, el no tener una explicación deja a la persona sin la posibilidad de entender qué pasó, lo que puede vivirse como una especie de “duelo sin respuestas”. Patrones de apego: muchos de estos comportamientos se relacionan con estilos de apego inseguros. Por ejemplo, el breadcrumbing puede estar ligado a la necesidad de atención constante sin saber manejar la intimidad real. A nivel colectivo, la dinámica de las aplicaciones refuerza la superficialidad y la idea de que siempre hay más opciones, lo que facilita vínculos rápidos pero frágiles. Esto genera lo que algunos psicólogos llaman “microdecepciones constantes”: pequeñas frustraciones que, acumuladas, pueden llevar al cansancio emocional y a la desconfianza en nuevas relaciones. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, este fenómeno no debería llevarnos a rechazar por completo las aplicaciones, sino a usarlas con mayor conciencia emocional y sentido crítico.
Por Instituto Carbonell 16 de septiembre de 2025
Hoy en día, las redes sociales nos muestran ciertos estilos de vida como, viajes, cenas caras o ropa de moda. Al compararnos con eso, muchas personas sienten que van mal de dinero, aunque en realidad tengan una situación económicamente estable. A este fenómeno se le llama “dismorfia financiera” , y cada vez afecta a más personas. Según explica Villalba, J. en el artículo, casi la mitad de quienes usan redes sociales sienten que se están quedando atrás económicamente, incluso cuando tienen ahorros. Esta sensación genera frustración, baja autoestima y decisiones poco saludables, como gastar de más, endeudarse o dejar de ahorrar. En España no hay datos concretos, pero es evidente que la ansiedad por el coste de la vida y la presión de “estar a la altura” de lo que vemos en redes es muy común. Compararse con amigos, clientes o influencers que muestran constantemente lujos puede hacer que personas con vidas cómodas y equilibradas sientan que no están a la altura. Los psicólogos explican que esto ocurre porque medimos nuestro valor comparándonos con otros. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, recomiendan tener una relación más consciente con lo que gastamos y recordar que lo que vemos en redes no refleja la realidad por lo que practicar una comparación más realista son claves para reducir esa sensación de malestar.