Cómo adaptarnos a la vuelta a la rutina

7 de octubre de 2019

Al entrar en el otoño nos encontramos con cambios en nuestra rutina. Después de un verano lleno de ocio y tiempo libre, nos tenemos que acostumbrar a “la vuelta al cole” y coger el ritmo de nuestro día a día. Aunque la forma ideal de afrontarlo debería ser mediante un proceso de adaptación, la mayoría de nosotros pasamos directamente de un ritmo de vida al otro. La Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral recomienda una serie de pasos para superar el síndrome postvacacional.

  • Respetar las horas de sueño

En el verano, la mayoría de personas no suele seguir unos horarios de forma rigurosa, nos acostamos y nos despertamos más tarde. Con la vuelta a la rutina, volvemos a madrugar, por lo que se aconseja planificarte para conseguir dormir entre 7 y 8 horas e incluso anteponer las horas de sueño a costumbres como ver la televisión, estar con el móvil, etc.

En el caso de niños o adolescentes es muy habitual utilizar el móvil cuando ya están acostados. Esto puede llegar a tener consecuencias en el rendimiento durante el día porque se encontrarán más cansados y con menos energía, pudiendo afectar incluso al estado de ánimo. Para evitarlo los padres deberían poner límites en el uso del móvil como por ejemplo la retirada del mismo a una hora determinada o descargar aplicaciones específicas para ello.

  • Buscar los puntos positivos de volver a la rutina

El cambio de estación implica dejar de realizar ciertas actividades de ocio como ir a la playa o salir a disfrutar del aire libre. Pero no solo hay que pensar en lo negativo, ya que la rutina nos trae otras cosas como volver a ver a amigos o realizar actividades que hemos dejado aparcadas durante el verano.

Con los niños, hay que hacer que vean las partes positivas de la vuelta al colegio y deberíamos transmitirles mensajes como “ vuelves a jugar en el patio con tus amigos”, “que bien que vuelvas a fútbol”, … Esto hará que cambien de perspectiva.

  • Dedica tiempo a desconectar

La vuelta al trabajo o al colegio no es fácil, por ello debemos buscar formas de desconectar del estrés que nos pueda producir. Un ejemplo es incluir la actividad física, pues nos ayuda a mejorar nuestro bienestar psicológico. Algunos de los beneficios son: disminución del estrés y de la ansiedad, mejora el rendimiento académico o laboral, mejora el descanso y sueño, …

Otro ejemplo más centrado en el descanso, es utilizar técnicas de relajación o realizar alguna actividad como la lectura o ir al cine. Todo ello nos ayudará a asimilar lo que hemos hecho durante el día o la semana. Esto beneficia a que empecemos un nuevo día con fuerza y más tranquilos.

  • Busca ayuda de profesionales si lo necesitas

Algunas ocasiones, la adaptación a la rutina no es fácil y hace que nos sintamos más cansados y con el estado de ánimo más melancólico. Por eso, si consideramos que aplicando los consejos de antes no encajamos la vuelta, es recomendable pedir ayuda de profesionales (psicólogo, psiquiatra, …) que nos proporciones técnicas para poder sobrellevar el cambio.

En opinión del Dr. Carbonell, la transición puede hacerse de manera sencilla y fluida siguiendo estas simples pautas. Nunca es un momento agradable y en caso de hacerse muy cuesta arriba es importante buscar ayuda profesional.

Por Instituto Carbonell 25 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, lanza un mensaje directo y necesario: ir al psiquiatra no debería ser motivo de vergüenza ni de estigma . En pleno siglo XXI, aún existen personas que sienten miedo o pudor al decir que acuden a un profesional de la salud mental. Esto, según el doctor, es algo que necesitamos cambiar urgentemente. Carbonell explica que un psiquiatra es, ante todo, un médico , como cualquier otro especialista. La gran diferencia con el psicólogo es que el psiquiatra, además de abordar lo emocional, también evalúa el componente biológico y orgánico de los trastornos mentales. Esto incluye valorar si el paciente tiene otras enfermedades, está tomando medicación que pueda influir en su estado anímico, o si su salud mental afecta funciones como el sueño, el apetito o la energía, llegando incluso a requerir medicación. El propósito de este mensaje no es solo aclarar conceptos, sino también normalizar y visibilizar la importancia de acudir a un profesional cuando uno no se siente bien . Cuidar la salud mental no es un signo de debilidad, sino de responsabilidad y amor propio. Así como vamos al dentista cuando tenemos un dolor de muelas, también debemos ir al psiquiatra o al psicólogo cuando sentimos que algo no está funcionando bien en nuestro mundo interno. El Dr. Carbonell invita a dejar atrás el estigma, a romper esa barrera cultural que durante tantos años nos ha impedido hablar abiertamente de nuestros malestares emocionales, y a reivindicar la salud mental como un pilar del bienestar integral . En sus palabras, "mantener una higiene mental es la consecuencia de un trabajo que vamos haciendo cada día".  Este mensaje no solo va dirigido a quienes ya están en tratamiento, sino también a quienes aún dudan en dar el paso. Porque pedir ayuda es valiente , y porque hablar de salud mental es el primer paso para sanar y crecer.
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
Aprender a no darlo todo – Estrategias para superar el perfeccionismo
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, reflexiona en este mensaje sobre una de las trampas emocionales más comunes tras una ruptura o una gran discusión de pareja: quedarnos esperando . Muchas veces, después de que una relación se rompe, nace la esperanza de que tal vez todo vuelva a su cauce, de que la persona con la que compartíamos la vida reflexione, cambie y regrese. Nos aferramos a la idea de que lo que fue puede reconstruirse, de que ese proyecto de vida que diseñamos juntos aún puede tener sentido. Sin embargo, Carbonell advierte que esta espera nos paraliza y nos hace perder tiempo vital . Mientras deseamos que la otra persona reconsidere sus decisiones, dejamos de vivir el presente. Posponemos nuestra recuperación emocional, nuestras metas personales y, lo más grave, nuestra vida misma, esperando algo que tal vez nunca suceda. Además, el doctor señala que, muchas veces, la otra persona ya está en otra etapa , ha dado pasos hacia adelante e incluso puede haber pasado de un sentimiento de amor a indiferencia o rechazo. En cambio, quien espera se queda anclado a un pasado idealizado que ya no existe. Vivir de esa forma es hipotecar el futuro por una esperanza que no depende de nosotros. Por eso, el llamado es claro: deja de esperar . Centra tu atención en ti, en reconstruir tu autoestima, en recuperar tus proyectos, tu bienestar, tus ilusiones. Invierte en ti y en tu vida sin estar condicionado por lo que otra persona haga o deje de hacer. Solo así podrás avanzar, crecer y abrirte a nuevas experiencias que sí estén alineadas con tu presente y con tu valor.  Carbonell concluye animando a compartir experiencias sobre cómo cada uno ha gestionado este tipo de situaciones, reconociendo que sanar es un proceso individual pero más llevadero cuando se hace en comunidad y con consciencia.