Conociendo mejor el trastorno bipolar
15 de junio de 2020
El trastorno bipolar
es una enfermedad mental que afecta a alrededor de 60 millones de personas en todo el mundo según la Organización Mundial de la Salud. Se caracteriza por cambios en el estado de ánimo. Aunque todas las personas tienen altibajos, en el trastorno bipolar es diferente, ya que pasan de episodios de euforia (o maníacos), irritabilidad y aumento de la actividad, a episodios depresivos, indiferencia y nivel bajo de actividad. En algunos casos, los episodios de euforia pueden ser hipomaníacos, que son menos graves.
Esta enfermedad tiene un componente genético importante y son varios estudios los que han querido investigarlo. Jon-Kar Zubieta, neurobiólogo, de la Universidad de Michigan (EEUU) realizó un estudio, publicado en la American Journal of Psychiatry, donde se descubrió que este trastorno se produce por una alteración de los circuitos neuronales del cerebro. La alteración es un aumento de las conexiones de neuronas y es posible que esto sea una explicación del componente hereditario de esta enfermedad.
El resultado mostró que los pacientes con trastorno bipolar tuvieron un 30% más de conexiones. Las personas que participaron habían sido recién diagnosticadas por lo que el siguiente paso del estudio, según Zubieta, será estudiar a personas sin la enfermedad con antecedentes familiares y un alto riesgo de desarrollar la el trastorno.
A pesar de ser la sexta causa de discapacidad en el mundo, según la Fundación Mundo Bipolar, sigue existiendo un desconocimiento acerca de esta enfermedad. Las personas afectadas tardan una media de 5 años en ser diagnosticadas y la mitad no sigue ningún tratamiento.
En opinión del Dr. Carbonell,
si nos encontramos ante variaciones del estado de ánimo o conocemos a alguien esta situación, recomendamos acudir a profesionales de la salud mental para que nos ayuden a gestionar las emociones y establecer un tratamiento en función de la necesidades del paciente.

El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, plantea una verdad incómoda pero universal: todos mentimos en algún momento de nuestra vida , incluso cuando afirmamos lo contrario. Y al hacerlo, probablemente también estamos mintiendo. Según el doctor, mentir es un recurso humano , una herramienta que, aunque no siempre sea ética, muchas veces se utiliza como un atajo para evitar conflictos, suavizar una verdad dolorosa o simplemente para ahorrarse explicaciones. Lo interesante de su enfoque es que no condena moralmente la mentira , sino que la analiza desde una perspectiva realista. Las llamadas “mentirijillas” forman parte del tejido social cotidiano. Sin embargo, esto no exime de consecuencias . Carbonell advierte que hay dos grandes riesgos al mentir: el primero es que, si alguien te descubre, pierdes credibilidad y empiezan a verte como una persona poco confiable. El segundo es que, incluso cuando digas la verdad, la duda ya estará sembrada y será más difícil que los demás crean en tu versión de los hechos. Por eso, su recomendación es clara y sencilla: intenta tener una sola versión de la historia , que sea honesta y coherente. Esto no solo te protege de futuras contradicciones, sino que también refuerza tu integridad personal. Si alguien no te cree, eso ya no depende de ti. Pero si tú sabes que estás siendo claro y honesto, llevas las de ganar. Además, el Dr. Carbonell subraya que las explicaciones sinceras, aunque a veces incómodas, suelen ser más efectivas y respetadas que las mentiras piadosas. Decir la verdad no siempre garantiza una reacción positiva inmediata, pero sí construye relaciones más auténticas y duraderas a largo plazo. En resumen, mentir puede parecer fácil en el momento , pero a menudo complica más de lo que soluciona. La verdad, aunque incómoda, te libera. Por eso, en palabras del doctor, “mi recomendación es no dejar de reconocer las cosas, porque a la larga, la sinceridad siempre sale más rentable .”

El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, lanza un mensaje directo y necesario: ir al psiquiatra no debería ser motivo de vergüenza ni de estigma . En pleno siglo XXI, aún existen personas que sienten miedo o pudor al decir que acuden a un profesional de la salud mental. Esto, según el doctor, es algo que necesitamos cambiar urgentemente. Carbonell explica que un psiquiatra es, ante todo, un médico , como cualquier otro especialista. La gran diferencia con el psicólogo es que el psiquiatra, además de abordar lo emocional, también evalúa el componente biológico y orgánico de los trastornos mentales. Esto incluye valorar si el paciente tiene otras enfermedades, está tomando medicación que pueda influir en su estado anímico, o si su salud mental afecta funciones como el sueño, el apetito o la energía, llegando incluso a requerir medicación. El propósito de este mensaje no es solo aclarar conceptos, sino también normalizar y visibilizar la importancia de acudir a un profesional cuando uno no se siente bien . Cuidar la salud mental no es un signo de debilidad, sino de responsabilidad y amor propio. Así como vamos al dentista cuando tenemos un dolor de muelas, también debemos ir al psiquiatra o al psicólogo cuando sentimos que algo no está funcionando bien en nuestro mundo interno. El Dr. Carbonell invita a dejar atrás el estigma, a romper esa barrera cultural que durante tantos años nos ha impedido hablar abiertamente de nuestros malestares emocionales, y a reivindicar la salud mental como un pilar del bienestar integral . En sus palabras, "mantener una higiene mental es la consecuencia de un trabajo que vamos haciendo cada día". Este mensaje no solo va dirigido a quienes ya están en tratamiento, sino también a quienes aún dudan en dar el paso. Porque pedir ayuda es valiente , y porque hablar de salud mental es el primer paso para sanar y crecer.