Diferencias en la falta de sueño entre padres y madres

22 de mayo de 2019

Es bien conocido que tras el nacimiento de un hijo los padres y madres generalmente sufren una marcada privación de las horas de sueño debido a los cuidados y a la atención que un bebé necesita. En relación a conocer cómo evoluciona esta etapa de sueño en los padres y madres, The Guardian publica, en un artículo de febrero de este mismo año, un estudio realizado en casi 5.000 adultos, padres y madres, durante 6 años.

Durante la investigación se pidió a los adultos que registraran el número de horas que dormían y que calificaran la calidad del sueño en una escala de 0 a 10. Del estudio y el transcurso de los años, los autores sacaron las siguientes conclusiones:

  • Las mujeres experimentaban mayor insatisfacción durante el primer año del nacimiento del hijo/a.
  • Las madres en general puntuaban peor la calidad del sueño tras el nacimiento de su primer hijo que tras el nacimiento del segundo o del tercero. Tras el segundo, las madres parecían volver a ajustarse a los horarios de sueño que tenían antes del nacimiento del segundo hijo.
  • Durante los primeros 3 meses después del nacimiento de un bebé, las mujeres perdieron aproximadamente una hora de sueño mientras los hombres perdían 13 minutos.
  • Durante los 6 años que duró el estudio, las mujeres mostraron dormir menos y puntuaron la calidad del sueño por debajo de lo que lo hacían los hombres.

En opinión del Dr. Carbonell, el no dormir puede agotarnos física y mentalmente, por lo que, teniendo en cuenta la responsabilidad y el tiempo que un bebé involucra, queda en nuestras manos intentar ayudar a nuestro cuerpo a conciliar el sueño en la medida que sea posible. Esto puede conseguirse a través de distintas técnicas como trabajar nuestra higiene del sueño, turnarnos con nuestra pareja, desconectar de aparatos tecnológicos e intentar acoplarnos a las horas y momentos de sueño del bebé. Además, y teniendo en cuenta el efecto de la falta de sueño en nuestro estado de ánimo, es importante recordar acudir a un profesional de la salud mental con el fin de conseguir pautas que puedan ayudar a nuestro bienestar.

 

Por Instituto Carbonell 6 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que los microdesprecios, aunque pequeños y a veces inconscientes, son de las conductas que más desgastan una relación. Señala que estos gestos —no tenerte en cuenta en planes, dejarte al margen en detalles cotidianos o ignorarte en situaciones sociales— minan poco a poco la autoestima y deterioran vínculos con parejas, familiares, amigos o compañeros de trabajo. Propone como prueba clave imaginar si la otra persona se sentiría despreciada si tú hicieras lo mismo: si la respuesta es sí, entonces estás ante un microdesprecio. Concluye que la única forma de protegerse es identificarlos, confrontarlos y, si es necesario, tomar distancia para no permitir que sigan afectando tu bienestar emocional.
Por Instituto Carbonell 5 de diciembre de 2025
Según el Consejo General de la Psicología de España, con la pérdida de un ser querido, suelen aparecer emociones como la tristeza, la culpa y el resentimiento. Desde un punto de vista psicológico, es importante aprender a gestionar el duelo. Algunas recomendaciones para transitar estas etapas son las siguientes: Poder dedicarte tiempo, hacer actividades placenteras como hacer deporte, escuchar música y salir con los amigos, son de gran ayuda. Recordar que permitirse tener sensaciones placenteras no significa que ha olvidado a su ser querido, sino que tiene la fortaleza para seguir adelante. Permítete ser flexible y respetar tus emociones a la hora de enfrentarte a las reuniones navideñas. En opinión del Dr. Carbonell, las etapas del duelo son un proceso natural. Aprender a aceptarlas y gestionarlas de manera saludable es clave para transitar el duelo. Recordar al ser querido con alegría puede ayudar a gestionarlo de manera más adaptativa y saludable.
Por Instituto Carbonell 5 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que el fenómeno de “los princesos” surge de un cambio generacional en el que muchos hombres han pasado de llevar toda la iniciativa —a veces incluso en exceso— a adoptar una postura más pasiva, buscando seguridad para no sentirse rechazados. Señala que hoy las relaciones se entienden más desde la igualdad y la negociación, dejando atrás la idea rígida de roles entre hombres y mujeres. Por ello, recomienda no caer en la pasividad mutua: para gestionar este tipo de dinámicas, ambas partes deben asumir que la iniciativa es cosa de dos y que, si nadie da el paso, la relación simplemente no avanza.