Doctor deme una pastilla contra el aburrimiento

27 de octubre de 2017

Lizzie Burns, especialista creativa del hospital especializado en cáncer Macmillan, en su artículo “por favor doctor, deme una pastilla anti-aburrimiento” publicado en el British Medical Journal en julio de 2017, hace una reflexión sobre como en los hospitales se centran de manera efectiva en el tratamiento de las enfermedades pero no tienen estrategias ni protocolos orientado a combatir el aburrimiento y sus efectos.

En los hospitales hay una respuesta excelente ante las enfermedades médicas, pero ¿que pasa con sentirnos aburridos? Para la mayoría de personas hay largas esperas que pueden volverse muy aburridas. El no hacer nada y estar aburrido puede parecer un tema trivial, pero ¿podría el aburrimiento ser un problema que impacta en nuestra salud y en el proceso de la enfermedad? ¿Es este un malestar oculto de la vida hospitalaria?

Un estudio encontró que dos terceras partes de los hombres y una cuarta parte de las mujeres, preferían recibir un electroshock antes que estar sentados en una habitación vacía durante 15 minutos. Otro estudio mostró que al menos la mitad del tiempo nos lo pasamos pensando y rumiando y que el rumiar sobre cosas negativas está asociado a la infelicidad. La posibilidad de rumiar sobre cosas negativas en un hospital se ve aumentada debido la incertidumbre y al constante recuerdo de la enfermedad. No hacer nada puede ser una oportunidad para hacer cambios y evitar la rumiación, pero las opciones para entretenerse que tienen los adultos en los hospitales son muy limitadas.

Hay estudios de hace ya una década que sugieren que el aburrimiento en los hospitales se da en mas de la mitad de los pacientes y aún así todavía no ha sido solucionado. Se podría pensar que desde entonces, el internet nos da muchas oportunidades de entretenernos. Sin embargo, al preguntar a 50 pacientes de oncología sobre el aburrimiento, se dieron cuenta de que el problema todavía estaba presente. Una tercera parte se sentían aburridos la mitad del tiempo que estaban despiertos y un cuarto se sentía intensamente aburridos todo el tiempo.

Lizzie Burns explica su experiencia en el University College Hospital, donde animaba a los adultos a ser creativos durante su tratamiento de cáncer. Ideas tan sencillas como la papiroflexia y hacer dibujos ayudaban a entablar conversaciones y a estar interesados y concentrados. El comentario mas frecuente sobre la experiencia fue que se habían sentido felices.

El aburrimiento está asociado con la sensación de que el tiempo pasa despacio, con una pérdida de significado, de retos y de la atención e incluso está asociado con un aumento de la mortalidad. Se describe como “ una mente desconectada buscando la conexión”, ¿que diferencia podría haber si redujésemos el aburrimiento? ¿Podría un paciente implicarse más con su tratamiento? ¿Puede el aburrimiento afectar a la recuperación, al dolor o a la fatiga? Un estudio hecho una década antes probó en tratamiento ambulatorio unas pastillas para aliviar el aburrimiento, pero no funcionaron.

La autora concluye que necesitamos investigación creativa sobre el impacto del aburrimiento. En su experiencia, incluso un bolígrafo y un papel ofrecen grandes beneficios. Su objetivo a largo plazo es crear colaboración para una “Campaña anti-aburrimiento” para ayudar a volver la espera en algo positivo. En palabras de un paciente suyo “ una alegre y apreciada distracción de un asunto muy serio”.

Según el Dr. Carbonell es importante tener en cuenta que los pacientes son personas y que necesitamos del beneficio de la sensación de realizar y cumplir con nuestras expectativas del día a día, ya sea en el tema laboral, familiar o personal. Un ingreso hospitalario puede llegar a ser muy despersonalizante convirtiéndose en ocasiones en uno más, en sufrimiento y sin esas referencias del día a día. Sería ideal que antes de cada ingreso pudiéramos organizarnos para poder ocupar ese tiempo libre, evitando así el aburrimiento, la desesperación, que como hemos visto está asociado con un peor pronóstico. En resumen, recordar que hay una dimensión afectiva que debemos tener en cuenta siempre.

Por Instituto Carbonell 20 de noviembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que la frase “ya soy todo tuyo” refleja que no todo puede obtenerse de inmediato y que muchas personas necesitan tiempo para cerrar situaciones personales —laborales, familiares o emocionales— antes de iniciar una relación de forma auténtica. Señala que vivimos en una cultura de inmediatez que dificulta aceptar que el otro quizás aún no esté preparado. Por eso, destaca la importancia de la paciencia y de permitir que la otra persona resuelva sus propios conflictos antes de empezar algo nuevo, ya que solo así se puede construir un vínculo sano y sin interferencias del pasado.
Por Instituto Carbonell 19 de noviembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que las amistades tóxicas son aquellas que arrastran a comportamientos que no benefician, como trasnochar, beber, consumir drogas o incluso abandonar hábitos saludables como ir al terapeuta o tomar medicación. Señala que estas personas empujan hacia un mundo más desestructurado que quizá ellas pueden manejar, pero que para uno supone un coste emocional y personal muy alto. Recomienda poner límites firmes y dejar claro qué conductas no se van a aceptar. Añade que, si la amistad no respeta esos límites y tus “noes”, entonces no puede mantenerse sin perjudicar la salud mental.
Por Instituto Carbonell 18 de noviembre de 2025
El Dr. José Carbonell reflexiona sobre la importancia de buscar ayuda profesional antes de "caer muy bajo" en la vida. Señala que a menudo, las personas no se dan cuenta de que la caída es gradual y se aferran a situaciones (como una relación o un puesto de trabajo) pensando que remontarán, a pesar de que la situación esté desestructurando su vida . Él comenta que, si bien el cambio a veces ocurre al tocar fondo, en otras ocasiones, son las personas que nos rodean quienes nos alertan de que no estamos bien. El concepto clave es que debemos establecer límites de hasta dónde estamos dispuestos a caer o tener "días malos" cuando estamos bien. Finalmente, el Dr. Carbonell enfatiza que es fundamental superar el estigma o el miedo a acudir a un psicólogo o psiquiatra para resolver problemas cotidianos, del mismo modo que se ve como algo normal ir al terapeuta de manera regular para mantener una salud mental óptima. Lo justo es identificar a tiempo si se está cayendo para buscar ayuda profesional, ya que no es correcto que uno sea la propia víctima o que los demás esperen que la persona pueda salir de esa situación difícil por sí misma.