El acoso escolar como antesala de la depresión

19 de junio de 2015

Lamentablemente el acoso escolar es un hecho cotidiano en nuestra sociedad y su gravedad, como hemos comprobado con tristeza a través de los medios de comunicación, va mucho más allá de lo que mucha gente cree. Esta tipología de acoso, presente en la adolescencia, posee muchas caras. Burlas, amenazas, marginación e incluso agresiones físicas se suceden o intercalan en un comportamiento que repercute seriamente en la salud mental de las víctimas.

Un estudio de la revista British Medical Journal ha analizado las secuelas en la edad adulta temprana (18 años) de quienes han sufrido este tipo de agresiones en su adolescencia (13 años). Focalizando el análisis en los jóvenes que sufren depresión, se ha observado que un 30% de ellos fueron víctimas de acoso escolar. Además, según los autores del trabajo, en este grupo de “acosados” la posibilidad de mostrar tristeza patológica duplica a la tasa media de la población.

Para realizar este diagnóstico se tomó una muestra de cerca de 4.000 jóvenes adolescentes y, en una primera fase, se les preguntó si habían sufrido agresiones escolares como robos, amenazas, chantajes, palizas, humillaciones o marginación. A los 18 años se contactó de nuevo con los participantes para evaluar su salud mental, extrayendo del estudio la cifra mencionada de un 30% con un diagnóstico clínico de depresión. La investigación concluye que, obviamente, no todo el mundo  tiene la misma capacidad para sobreponerse a los abusos y las humillaciones y que muchas de las personas que las sufren terminan anclándose en la soledad y estados depresivos.

Por Instituto Carbonell 6 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que los microdesprecios, aunque pequeños y a veces inconscientes, son de las conductas que más desgastan una relación. Señala que estos gestos —no tenerte en cuenta en planes, dejarte al margen en detalles cotidianos o ignorarte en situaciones sociales— minan poco a poco la autoestima y deterioran vínculos con parejas, familiares, amigos o compañeros de trabajo. Propone como prueba clave imaginar si la otra persona se sentiría despreciada si tú hicieras lo mismo: si la respuesta es sí, entonces estás ante un microdesprecio. Concluye que la única forma de protegerse es identificarlos, confrontarlos y, si es necesario, tomar distancia para no permitir que sigan afectando tu bienestar emocional.
Por Instituto Carbonell 5 de diciembre de 2025
Según el Consejo General de la Psicología de España, con la pérdida de un ser querido, suelen aparecer emociones como la tristeza, la culpa y el resentimiento. Desde un punto de vista psicológico, es importante aprender a gestionar el duelo. Algunas recomendaciones para transitar estas etapas son las siguientes: Poder dedicarte tiempo, hacer actividades placenteras como hacer deporte, escuchar música y salir con los amigos, son de gran ayuda. Recordar que permitirse tener sensaciones placenteras no significa que ha olvidado a su ser querido, sino que tiene la fortaleza para seguir adelante. Permítete ser flexible y respetar tus emociones a la hora de enfrentarte a las reuniones navideñas. En opinión del Dr. Carbonell, las etapas del duelo son un proceso natural. Aprender a aceptarlas y gestionarlas de manera saludable es clave para transitar el duelo. Recordar al ser querido con alegría puede ayudar a gestionarlo de manera más adaptativa y saludable.
Por Instituto Carbonell 5 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que el fenómeno de “los princesos” surge de un cambio generacional en el que muchos hombres han pasado de llevar toda la iniciativa —a veces incluso en exceso— a adoptar una postura más pasiva, buscando seguridad para no sentirse rechazados. Señala que hoy las relaciones se entienden más desde la igualdad y la negociación, dejando atrás la idea rígida de roles entre hombres y mujeres. Por ello, recomienda no caer en la pasividad mutua: para gestionar este tipo de dinámicas, ambas partes deben asumir que la iniciativa es cosa de dos y que, si nadie da el paso, la relación simplemente no avanza.