¿Influyen los sueños en el descanso?

11 de abril de 2018

En un artículo publicado en la sección Buena Vida del País, varios profesionales del sueño nos explican las principales dudas que solemos preguntarnos sobre este fenómeno mental.

Muchas personas sienten que tras una noche de sueños intensos, no han tenido un buen descanso. ¿Influyen los sueños en el descanso?

“Sí”, responde el doctor Eduard Estivill, de la Clínica del Sueño Estivill, “porque para recordar un sueño hay que despertarse. Si no nos despertamos no recordamos lo que hemos soñado. Por lo tanto, las personas que dicen no recordar nunca los sueños duermen bien. Es decir, no tienen despertares durante la noche. En cambio, los que recuerdan detalles de los sueños es porque han padecido múltiples microdespertares”. El doctor Diego García Borreguero, del Instituto del Sueño, puntualiza: “La relación no es causal: no es que las personas que sueñan mucho se despierten más, sino más bien que las personas que tienen sueño inestable tienden a ser más conscientes de su actividad mental”.

La intensidad se los sueños (que sean tan lúcidos que provoquen movimientos bruscos) o su contenido (evocar pesadillas de forma recurrente) es motivo de consulta médica, como subraya el doctor Àlex Ferre, especialista en trastornos del sueño, “pues aunque a menudo son síntomas carentes de importancia, pueden ocultar alguna patología”. El hecho de soñar, según continúa, es más positivo que negativo, “ya que indica que estamos en fase REM y el cerebro se está reorganizando, generando nuevas conexiones neuronales”. El problema (tan solo) es recordarlo.

¿Y debo preocuparme por el contenido de mis sueños y su significado? Los especialistas niegan que estas imágenes tengan ninguna interpretación válida posible. “Desde el punto de vista científico, carecen de sentido real o premonitorio”. Aunque desde el campo de la pseudociencia exista una afición por analizarlos.

Otro mito es el de equiparar el acto de dormir con el reposo. “Descansamos cuando hacemos todas las fases del sueño, especialmente, la del profundo. En cambio, si solo dormimos en fase superficial, mantendremos la sensación de agotamiento. Por tanto, no es igual dormir que descansar. La causa principal de mal descanso, es decir, de tener un sueño superficial, es el cúmulo de tensión y preocupaciones durante el día” , explica Estivill.

Con respecto a su función o utilidad, no existe consenso científico debido a la dificultad para estudiarlos de forma experimental y reproducible. “Es más, una amplia porción de los expertos considera que los sueños no tienen una función como tal, sino que son meros fenómenos de un proceso de activación cerebral que tiene lugar de manera periódica a lo largo de la noche. Durante estos episodios de activación se producen procesos de reorganización de la memoria, y esto se ve reflejado en un incremento de la ideación mental que nosotros percibimos como sueños”, concluye García Borreguero.

En opinión de Dr. Carbonell, este artículo nos explica que no debemos preocuparnos tanto por el contenido de los sueños sino por la calidad el mismo. Es importante tener en cuenta que la falta de sueño de calidad puede ser consecuencia de un problema de estrés o depresión y por consiguiente no debemos ignorarlo y pedir ayuda a un especialista en salud mental.

Por Instituto Carbonell 25 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, lanza un mensaje directo y necesario: ir al psiquiatra no debería ser motivo de vergüenza ni de estigma . En pleno siglo XXI, aún existen personas que sienten miedo o pudor al decir que acuden a un profesional de la salud mental. Esto, según el doctor, es algo que necesitamos cambiar urgentemente. Carbonell explica que un psiquiatra es, ante todo, un médico , como cualquier otro especialista. La gran diferencia con el psicólogo es que el psiquiatra, además de abordar lo emocional, también evalúa el componente biológico y orgánico de los trastornos mentales. Esto incluye valorar si el paciente tiene otras enfermedades, está tomando medicación que pueda influir en su estado anímico, o si su salud mental afecta funciones como el sueño, el apetito o la energía, llegando incluso a requerir medicación. El propósito de este mensaje no es solo aclarar conceptos, sino también normalizar y visibilizar la importancia de acudir a un profesional cuando uno no se siente bien . Cuidar la salud mental no es un signo de debilidad, sino de responsabilidad y amor propio. Así como vamos al dentista cuando tenemos un dolor de muelas, también debemos ir al psiquiatra o al psicólogo cuando sentimos que algo no está funcionando bien en nuestro mundo interno. El Dr. Carbonell invita a dejar atrás el estigma, a romper esa barrera cultural que durante tantos años nos ha impedido hablar abiertamente de nuestros malestares emocionales, y a reivindicar la salud mental como un pilar del bienestar integral . En sus palabras, "mantener una higiene mental es la consecuencia de un trabajo que vamos haciendo cada día".  Este mensaje no solo va dirigido a quienes ya están en tratamiento, sino también a quienes aún dudan en dar el paso. Porque pedir ayuda es valiente , y porque hablar de salud mental es el primer paso para sanar y crecer.
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
Aprender a no darlo todo – Estrategias para superar el perfeccionismo
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, reflexiona en este mensaje sobre una de las trampas emocionales más comunes tras una ruptura o una gran discusión de pareja: quedarnos esperando . Muchas veces, después de que una relación se rompe, nace la esperanza de que tal vez todo vuelva a su cauce, de que la persona con la que compartíamos la vida reflexione, cambie y regrese. Nos aferramos a la idea de que lo que fue puede reconstruirse, de que ese proyecto de vida que diseñamos juntos aún puede tener sentido. Sin embargo, Carbonell advierte que esta espera nos paraliza y nos hace perder tiempo vital . Mientras deseamos que la otra persona reconsidere sus decisiones, dejamos de vivir el presente. Posponemos nuestra recuperación emocional, nuestras metas personales y, lo más grave, nuestra vida misma, esperando algo que tal vez nunca suceda. Además, el doctor señala que, muchas veces, la otra persona ya está en otra etapa , ha dado pasos hacia adelante e incluso puede haber pasado de un sentimiento de amor a indiferencia o rechazo. En cambio, quien espera se queda anclado a un pasado idealizado que ya no existe. Vivir de esa forma es hipotecar el futuro por una esperanza que no depende de nosotros. Por eso, el llamado es claro: deja de esperar . Centra tu atención en ti, en reconstruir tu autoestima, en recuperar tus proyectos, tu bienestar, tus ilusiones. Invierte en ti y en tu vida sin estar condicionado por lo que otra persona haga o deje de hacer. Solo así podrás avanzar, crecer y abrirte a nuevas experiencias que sí estén alineadas con tu presente y con tu valor.  Carbonell concluye animando a compartir experiencias sobre cómo cada uno ha gestionado este tipo de situaciones, reconociendo que sanar es un proceso individual pero más llevadero cuando se hace en comunidad y con consciencia.