Nueve autoengaños para evitar el cambio

22 de marzo de 2018

En el blog Psych Central, la psicóloga Rachel Fintzy, MA, LMFT, nos detalla las principales mentiras que nos decimos a nosotros mismos para evitar llevar a cabo cambios en nuestra vida.

La mayoría de nosotros tenemos una relación de amor-odio con el cambio. Por una parte, queremos avanzar y crecer pero por otra, la perspectiva de cambio puede hacernos sentir ansiosos. Devorar una pizza entera, volver a la cama, tomar una tercera (o cuarta) cerveza, o simplemente continuar la vida en piloto automático puede parecer más atractivo que forjar un nuevo camino.

¿Por qué nos aferramos a los hábitos y situaciones que ya no nos benefician? ¿Te ves reflejado con alguno de los siguientes mitos sobre el cambio?

Mito : necesito saber y entender cada paso del proceso antes de comenzar a hacer un cambio.

Verdad : Siempre va existir cierto grado de incertidumbre. Es imposible saber cómo se desarrollarán las cosas de antemano, en parte porque las decisiones que tomarás hoy ayudarán a determinar tus opciones mañana. Reúne el coraje para avanzar, y el camino a seguir se revelará a medida que avances.

 

Mito : Comenzaré mañana. Me sentiré mejor entonces.

Verdad : cada vez que posponemos las cosas, reforzamos el hábito de ceder a la gratificación a corto plazo, en lugar de demorar la gratificación al servicio del cambio deseado. Por ejemplo, si tu objetivo es mejorar la salud física, elegir irse de cañas y postergar esa caminata hasta mañana hará que sientas más placer a corto plazo. Sin embargo, cuanto más frecuentemente hagas esta elección, más se enraizará el hábito que queremos cambiar. Tomará un esfuerzo extra hacer las cosas de manera diferente a como lo has estado haciendo. Sin embargo, practica a partir de hoy y pronto verás resultados.

 

Mito : Puedo cambiar a otras personas.

Verdad : a los miembros de asociaciones para familiares y amigos de personas con problemas de alcohol o drogas se les enseña que “no lo causé, no puedo controlarlo y no puedo curarlo”. El comportamiento de otras personas es responsabilidad de ellas. Algunas personas pueden sentirse influenciadas por tus elecciones y decidir moverse en la misma dirección. Otras personas pueden no hacerlo, lo que puede implicar que algunas relaciones disminuyan o incluso terminen. A veces evitamos el cambio para mantenernos en relaciones o situaciones que nos son familiares, incluso si son destructivas.  

 

Mito : No puedo cambiar hasta que cambien otras personas en mi vida.

Verdad : tú eres es el único con la autoridad y la capacidad de alterar tus patrones y elecciones. Mantén tu propio crecimiento sin esperar o exigir que otras personas hagan las cosas de manera diferente. Si esto se aplica a tu pareja, hijo, padre, amigo o jefe, podría terminar siendo una cadena perpetua para ti si la otra persona continúa siendo la misma. Tú eres es capaz de hacer cambios, independientemente del comportamiento de otras personas.

 

Mito : puedo y voy a cambiar este hábito / comportamiento cuando reciba una señal o tenga una crisis. Una crisis me asustará y haré el cambio.

Verdad : aunque a veces una crisis puede servir de llamada de atención, no es probable que únicamente esto nos mantenga en el nuevo camino. Sí, el miedo y la ansiedad a menudo asociados a una crisis pueden provocar una descarga de adrenalina que podría motivarte temporalmente, pero no es factible vivir en este estado a largo plazo. Una visión más clara de tu vida deseada (en lugar de centrarte en lo que no deseas) aumentan la probabilidad a mantenerte en un nuevo camino.

 

Mito : tengo que tocar fondo para cambiar.

Verdad : si practicas siendo consciente de tus pensamientos, sentimientos, creencias y conductas, eres más capaz de discernir dónde podrías estar tropezando. No tiene que haber mucho drama, ni dentro de ti ni con los demás, para poder hacer cambios en tus hábitos o en tu vida.

 

Mito : si una situación o relación no va exactamente según mis expectativas, tengo que cambiarla o abandonarla.

Verdad : la vida puede ser hermosa incluso si no obtenemos todo lo que creemos que necesitamos. Ninguna persona, trabajo u oportunidad vendrá sin sus espinas. Ten cuidado de no darte por vencido con alguien o algo porque él, ella o ello no es perfecto. Quizás lo que se te desafía a cambiar no es la situación, sino tu actitud.

 

Mito: soy demasiado viejo para cambiar. Es muy tarde para cambiar.

Verdad : nunca es demasiado tarde. He visto a personas hacer cambios enormes a sus 50, 60, 70 y más edad. El cambio a menudo comienza con la creencia de que es posible. Comienza con esta premisa, recuerda tus éxitos pasados ​​y las fortalezas asociadas, y busca la ayuda que necesita. Como dijo Stephen Covey, “nos convertimos en lo que hacemos repetidamente “. Determine quién quiere ser, y comience a vivir como si ya fuera esta persona . Dudarás, cometerás errores y, a veces, elegirás imprudentemente, pero eso es parte del proceso de crecimiento.

 

Mito : Soy así y no se puede cambiar.

Verdad : Si bien es cierto que aproximadamente el 50% de nuestro rango fijo de felicidad es genético, y el 10% se cree que es debido a las circunstancias, deja un 40% que depende de ti y de tus actitudes. No subestimes el esfuerzo que puede llevar hacer cambios en tu sistema de creencias, patrones de comunicación, capacidad de tolerar el malestar y los comportamientos. En definitiva, hacer un cambio es un acto de valentía.

 

Con demasiada frecuencia creemos que ajustar esto o aquello no vale la pena por el esfuerzo que conlleva, cuando al hacerlo podemos contribuir a marcar una diferencia significativa nuestro bienestar general.

En opinión del Dr. Carbonell, la identificación de estos mitos nos ayuda a protegernos de nosotros mismos. Es muy importante pensar que somos aquello que practicamos. Evolucionar hacia hábitos más saludables, no viene sin esfuerzo pero a medio/largo plazo son muy rentables.

Por Instituto Carbonell 25 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, lanza un mensaje directo y necesario: ir al psiquiatra no debería ser motivo de vergüenza ni de estigma . En pleno siglo XXI, aún existen personas que sienten miedo o pudor al decir que acuden a un profesional de la salud mental. Esto, según el doctor, es algo que necesitamos cambiar urgentemente. Carbonell explica que un psiquiatra es, ante todo, un médico , como cualquier otro especialista. La gran diferencia con el psicólogo es que el psiquiatra, además de abordar lo emocional, también evalúa el componente biológico y orgánico de los trastornos mentales. Esto incluye valorar si el paciente tiene otras enfermedades, está tomando medicación que pueda influir en su estado anímico, o si su salud mental afecta funciones como el sueño, el apetito o la energía, llegando incluso a requerir medicación. El propósito de este mensaje no es solo aclarar conceptos, sino también normalizar y visibilizar la importancia de acudir a un profesional cuando uno no se siente bien . Cuidar la salud mental no es un signo de debilidad, sino de responsabilidad y amor propio. Así como vamos al dentista cuando tenemos un dolor de muelas, también debemos ir al psiquiatra o al psicólogo cuando sentimos que algo no está funcionando bien en nuestro mundo interno. El Dr. Carbonell invita a dejar atrás el estigma, a romper esa barrera cultural que durante tantos años nos ha impedido hablar abiertamente de nuestros malestares emocionales, y a reivindicar la salud mental como un pilar del bienestar integral . En sus palabras, "mantener una higiene mental es la consecuencia de un trabajo que vamos haciendo cada día".  Este mensaje no solo va dirigido a quienes ya están en tratamiento, sino también a quienes aún dudan en dar el paso. Porque pedir ayuda es valiente , y porque hablar de salud mental es el primer paso para sanar y crecer.
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
Aprender a no darlo todo – Estrategias para superar el perfeccionismo
Por Instituto Carbonell 24 de abril de 2025
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, reflexiona en este mensaje sobre una de las trampas emocionales más comunes tras una ruptura o una gran discusión de pareja: quedarnos esperando . Muchas veces, después de que una relación se rompe, nace la esperanza de que tal vez todo vuelva a su cauce, de que la persona con la que compartíamos la vida reflexione, cambie y regrese. Nos aferramos a la idea de que lo que fue puede reconstruirse, de que ese proyecto de vida que diseñamos juntos aún puede tener sentido. Sin embargo, Carbonell advierte que esta espera nos paraliza y nos hace perder tiempo vital . Mientras deseamos que la otra persona reconsidere sus decisiones, dejamos de vivir el presente. Posponemos nuestra recuperación emocional, nuestras metas personales y, lo más grave, nuestra vida misma, esperando algo que tal vez nunca suceda. Además, el doctor señala que, muchas veces, la otra persona ya está en otra etapa , ha dado pasos hacia adelante e incluso puede haber pasado de un sentimiento de amor a indiferencia o rechazo. En cambio, quien espera se queda anclado a un pasado idealizado que ya no existe. Vivir de esa forma es hipotecar el futuro por una esperanza que no depende de nosotros. Por eso, el llamado es claro: deja de esperar . Centra tu atención en ti, en reconstruir tu autoestima, en recuperar tus proyectos, tu bienestar, tus ilusiones. Invierte en ti y en tu vida sin estar condicionado por lo que otra persona haga o deje de hacer. Solo así podrás avanzar, crecer y abrirte a nuevas experiencias que sí estén alineadas con tu presente y con tu valor.  Carbonell concluye animando a compartir experiencias sobre cómo cada uno ha gestionado este tipo de situaciones, reconociendo que sanar es un proceso individual pero más llevadero cuando se hace en comunidad y con consciencia.