La epidemia de las adicciones
3 de junio de 2021
Alrededor de 18.000 personas de 15 a 64 años entre el 7 de febrero y el 11 de marzo de 2020 contestaron a la última Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES) del Ministerio de Sanidad. Algunos de los datos que se obtuvieron, según la sustancia son:
- En relación al cannabis, el 10,5% de la población confirma que fuma porros. El 11% de los jóvenes entre 15 y 24 años reconoce este problema. Esta situación es seria, ya que el consumo de sustancias tóxicas en los jóvenes tiene consecuencias graves en su salud, como el desarrollo de cuadros psiquiátricos agudos, y en su rendimiento académico. Esto último es debido a que el cannabis afecta a funciones como la memoria.
- El consumo de cocaína también ha aumentado, sobretodo en hombres. El 16,1% reconoce que ha probado alguna vez en su vida. En general, el 1,7% de la población española entre 15 y 64 años cuenta haber probado alguna vez en su vida sustancias psicoactivas.
- El alcohol, vuelve a ser la sustancia legal más consumida. El 15% de los jóvenes podrían tener o tienen un problema con el alcohol. Algunos de los motivos del consumo en este grupo de edad es la presión del grupo, falsas creencias sobre sus efectos en el estado de ánimo, …En cuanto a los mayores de 60 años, el 19% bebe alcohol a diario
- El consumo compulsivo de Internet se ha incrementado, sobre todo entre los 15 y 24 años, que es un 11,3%.
- Sobre un uso abusivo del juego, ha crecido el porcentaje de personas que juegan dinero, por un lado, un 6,7% sería online y un 63,6% de forma presencial en comparación con datos del 2017 (3,5% online y 59,5% presencial).
Aunque esta encuesta se hizo antes del Estado de Alarma, los resultados en general muestran un crecimiento de ciertas adicciones en la población española.
En opinión del psiquiatra Dr. Carbonell, desde Palma, esta encuesta viene a reflejar como incluso previo a la pandemia, se esta produciendo un incremento de todas las adicciones. Lo cual es un reflejo de la salud mental de la población y de la necesidad de ofrecer más servicios que potencien el bienestar mental.
Fuente: NIUS
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo. En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.

El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.

El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.