Miedo a meter la pata

5 de febrero de 2025


El Dr. José Carbonell reflexiona sobre el temor a equivocarse en distintos aspectos de la vida, especialmente en las relaciones personales. Este miedo es algo común que muchas personas experimentan, y según su experiencia, refleja una autoconciencia positiva pero también una inseguridad que puede ser paralizante.


El doctor relata el caso de un paciente que expresó su preocupación por "meter la pata" en sus relaciones. Aunque todo parecía ir bien, sentía temor a cometer errores por su impulsividad o experiencias pasadas. Carbonell destaca que no debemos castigarnos por los errores del pasado, ya que estos forman parte de nuestro aprendizaje y nos convierten en quienes somos hoy. Además, subraya que no podemos sentirnos culpables por cosas que no han sucedido; vivir en ese estado de anticipación genera ansiedad innecesaria.


En una relación, señala, es fundamental que ambas partes se valoren mutuamente y que exista un equilibrio: si alguien se comporta bien contigo, tú también debes esforzarte por tratarlo de la misma manera. Este "status quo" ayuda a mantener relaciones sanas y equilibradas.


El doctor destaca que el miedo a equivocarse también puede ser una señal de responsabilidad. Las personas conscientes de los riesgos en sus relaciones, trabajo u otros aspectos de la vida suelen ser más cuidadosas y trabajadoras, ya que comprenden que las cosas requieren esfuerzo para funcionar. Sin embargo, advierte que este miedo no debe impedirnos confiar en nosotros mismos ni avanzar con confianza.


En resumen, equivocarse es parte de la vida y del aprendizaje. Más importante que evitar los errores es saber enfrentarlos y aprender de ellos, confiando en nuestra capacidad de superarlos y seguir construyendo relaciones sólidas y una vida equilibrada.

Por Instituto Carbonell 6 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que los microdesprecios, aunque pequeños y a veces inconscientes, son de las conductas que más desgastan una relación. Señala que estos gestos —no tenerte en cuenta en planes, dejarte al margen en detalles cotidianos o ignorarte en situaciones sociales— minan poco a poco la autoestima y deterioran vínculos con parejas, familiares, amigos o compañeros de trabajo. Propone como prueba clave imaginar si la otra persona se sentiría despreciada si tú hicieras lo mismo: si la respuesta es sí, entonces estás ante un microdesprecio. Concluye que la única forma de protegerse es identificarlos, confrontarlos y, si es necesario, tomar distancia para no permitir que sigan afectando tu bienestar emocional.
Por Instituto Carbonell 5 de diciembre de 2025
Según el Consejo General de la Psicología de España, con la pérdida de un ser querido, suelen aparecer emociones como la tristeza, la culpa y el resentimiento. Desde un punto de vista psicológico, es importante aprender a gestionar el duelo. Algunas recomendaciones para transitar estas etapas son las siguientes: Poder dedicarte tiempo, hacer actividades placenteras como hacer deporte, escuchar música y salir con los amigos, son de gran ayuda. Recordar que permitirse tener sensaciones placenteras no significa que ha olvidado a su ser querido, sino que tiene la fortaleza para seguir adelante. Permítete ser flexible y respetar tus emociones a la hora de enfrentarte a las reuniones navideñas. En opinión del Dr. Carbonell, las etapas del duelo son un proceso natural. Aprender a aceptarlas y gestionarlas de manera saludable es clave para transitar el duelo. Recordar al ser querido con alegría puede ayudar a gestionarlo de manera más adaptativa y saludable.
Por Instituto Carbonell 5 de diciembre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que el fenómeno de “los princesos” surge de un cambio generacional en el que muchos hombres han pasado de llevar toda la iniciativa —a veces incluso en exceso— a adoptar una postura más pasiva, buscando seguridad para no sentirse rechazados. Señala que hoy las relaciones se entienden más desde la igualdad y la negociación, dejando atrás la idea rígida de roles entre hombres y mujeres. Por ello, recomienda no caer en la pasividad mutua: para gestionar este tipo de dinámicas, ambas partes deben asumir que la iniciativa es cosa de dos y que, si nadie da el paso, la relación simplemente no avanza.