¿Tienes complejo de inferioridad?
El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, aborda el tema del complejo de inferioridad, una sensación que muchas personas experimentan al sentirse por debajo de los demás en determinadas situaciones sociales, laborales o afectivas. Según el doctor, esta percepción no siempre indica un problema psicológico profundo; de hecho, sentirse inseguro o intimidado en ciertos contextos es algo normal y humano.
Por ejemplo, explica que si alguien se encuentra hablando en público o intentando entablar una conversación con alguien que le atrae, es natural sentir cierta inseguridad, ruborizarse o pensar que no se está “a la altura”. Es una reacción que puede deberse a la autoexigencia o a una comparación irreal con los demás. Sin embargo, el hecho de sentir vergüenza o incomodidad no significa que no se pueda actuar o salir adelante en esas situaciones.
El Dr. Carbonell sugiere que lo primero es reconocer el sentimiento, no esconderlo ni negarlo. Incluso se puede verbalizar: decir en voz alta, por ejemplo, “me siento un poco nervioso en esta situación”, ayuda a reducir la presión interna. Este tipo de sinceridad suele generar empatía, ya que muchas personas comprenden lo que es sentirse incómodo o fuera de lugar.
Ahora bien, si esa sensación de inferioridad se vuelve muy intensa, constante o incapacitante, sí conviene buscar ayuda profesional. Un terapeuta puede ayudarte a identificar las causas de ese complejo, trabajar en la autoestima y desarrollar herramientas para enfrentarte a esas situaciones con más seguridad y confianza.
Aun así, el Dr. Carbonell recalca un punto clave: no hay que magnificar la inseguridad puntual. Sentirse algo incómodo o cohibido en momentos específicos no equivale a tener un complejo de inferioridad. Es simplemente parte de la experiencia humana, especialmente en contextos nuevos o emocionalmente significativos.
En conclusión, el Dr. Carbonell invita a diferenciar entre una inseguridad normal y un problema más profundo. Mientras que lo primero se supera con naturalidad y práctica, lo segundo requiere atención y trabajo personal. Frente a la duda, buscar soluciones con perspectiva realista y compasiva es el camino más saludable.


