¿Tienes complejo de inferioridad?

24 de mayo de 2025

El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, aborda el tema del complejo de inferioridad, una sensación que muchas personas experimentan al sentirse por debajo de los demás en determinadas situaciones sociales, laborales o afectivas. Según el doctor, esta percepción no siempre indica un problema psicológico profundo; de hecho, sentirse inseguro o intimidado en ciertos contextos es algo normal y humano.


Por ejemplo, explica que si alguien se encuentra hablando en público o intentando entablar una conversación con alguien que le atrae, es natural sentir cierta inseguridad, ruborizarse o pensar que no se está “a la altura”. Es una reacción que puede deberse a la autoexigencia o a una comparación irreal con los demás. Sin embargo, el hecho de sentir vergüenza o incomodidad no significa que no se pueda actuar o salir adelante en esas situaciones.


El Dr. Carbonell sugiere que lo primero es reconocer el sentimiento, no esconderlo ni negarlo. Incluso se puede verbalizar: decir en voz alta, por ejemplo, “me siento un poco nervioso en esta situación”, ayuda a reducir la presión interna. Este tipo de sinceridad suele generar empatía, ya que muchas personas comprenden lo que es sentirse incómodo o fuera de lugar.


Ahora bien, si esa sensación de inferioridad se vuelve muy intensa, constante o incapacitante, sí conviene buscar ayuda profesional. Un terapeuta puede ayudarte a identificar las causas de ese complejo, trabajar en la autoestima y desarrollar herramientas para enfrentarte a esas situaciones con más seguridad y confianza.


Aun así, el Dr. Carbonell recalca un punto clave: no hay que magnificar la inseguridad puntual. Sentirse algo incómodo o cohibido en momentos específicos no equivale a tener un complejo de inferioridad. Es simplemente parte de la experiencia humana, especialmente en contextos nuevos o emocionalmente significativos.


En conclusión, el Dr. Carbonell invita a diferenciar entre una inseguridad normal y un problema más profundo. Mientras que lo primero se supera con naturalidad y práctica, lo segundo requiere atención y trabajo personal. Frente a la duda, buscar soluciones con perspectiva realista y compasiva es el camino más saludable.

Por Instituto Carbonell 13 de julio de 2025
El Dr. Carbonell ofrece una advertencia clara y serena sobre un tema delicado pero frecuente en consulta: parar la medicación psiquiátrica . Como médico y psiquiatra, se encuentra a menudo con pacientes que acuden con la intención, o incluso con la firme decisión, de suspender su tratamiento farmacológico. Ya sea porque se sienten mejor, porque otro profesional les ha sugerido un cambio, o por el deseo de dejar atrás una etapa difícil, la idea de abandonar la medicación se convierte en una cuestión "no negociable" para algunos.  Sin embargo, el Dr. Carbonell recuerda algo fundamental: la medicación está haciendo un trabajo . Si el paciente se encuentra mejor, probablemente no sea a pesar del tratamiento, sino gracias a él. Esto no significa que la medicación tenga que ser para siempre —en muchos casos no lo es—, pero tampoco puede dejarse de forma brusca o sin el acompañamiento adecuado. Suspender un tratamiento psiquiátrico no es una decisión trivial. Requiere tiempo, evaluación, seguimiento y, sobre todo, una estrategia individualizada. Carbonell insiste en que la retirada debe ser progresiva y supervisada , preferiblemente por el mismo profesional que inició el tratamiento. Esto se debe a que ese médico conoce el historial clínico, la evolución, los factores de riesgo y los criterios bajo los cuales se inició la medicación. Advierte también sobre una situación común: médicos de atención primaria, urgencias o especialistas que, sin conocer en profundidad el caso, toman decisiones de ajuste o suspensión de fármacos. Esto puede acarrear riesgos importantes. Si se produce una recaída, ¿quién asume la responsabilidad? ¿A quién recurre el paciente? Estas son preguntas importantes que deben considerarse antes de modificar un tratamiento. El mensaje central del Dr. Carbonell es que parar la medicación no debe ser un acto impulsivo ni unilateral . La clave está en hacerlo de forma segura, responsable y acompañada. Si bien es natural querer dejar atrás las pastillas una vez que uno se siente mejor, la mejor manera de hacerlo es planificando la retirada con el profesional que mejor conoce tu caso .
Por Instituto Carbonell 12 de julio de 2025
El Dr. Carbonell aborda con empatía y realismo un rasgo con el que muchas personas se identifican: el caos personal . Si alguna vez te han dicho que eres desorganizado, que no llevas un orden claro en tu vida o que funcionas “a tu aire”, este mensaje es para ti. Como médico y psiquiatra, el Dr. Carbonell reconoce que no todas las personas tienen la misma relación con la estructura, la rutina o la planificación , y eso no necesariamente es algo malo. En sus palabras, hay personas naturalmente muy organizadas, que llevan agendas, listas, horarios y que parecen tener todo bajo control. Pero también hay otras que, aun haciendo listas o intentando establecer rutinas, no logran cumplirlas porque su funcionamiento depende mucho del estado emocional o mental del momento . En este sentido, apunta una verdad sencilla pero poderosa: “cada persona tiene su ritmo”. Retomando una frase que escuchó de un profesor, señala que el universo tiende al desorden , y las personas también. Hay quienes ordenan constantemente, pero sienten que el desorden siempre les gana la carrera. Eso no los convierte en fracasados , sino en personas con una forma distinta de gestionar el mundo. La clave, dice, no está en forzarse a ser alguien que no se es, sino en entender hasta qué punto ese caos afecta nuestra calidad de vida o la de los demás . Para el Dr. Carbonell, ser caótico forma parte de la identidad de algunas personas , y no debe ser automáticamente visto como un defecto. Solo cuando ese caos genera sufrimiento —ya sea en lo personal, en lo familiar o en lo laboral— es cuando se debe poner atención y quizás trabajar en estrategias de mejora. Pero mientras no interfiera significativamente, no hay que obsesionarse con ser impecables . Su mensaje final es un llamado a la autocompasión y a la aceptación personal . Es posible que con el tiempo se pueda aprender a mejorar ciertos hábitos, pero también es importante no vivir bajo una presión constante por cumplir con un ideal de orden. La vida no siempre es lineal ni perfecta, y ser un poco caótico no te hace menos válido, solo distinto .
Por Instituto Carbonell 11 de julio de 2025
El Dr. Carbonell pone nombre a un fenómeno emocional poco hablado pero muy frecuente: el síndrome de maratón . Se refiere a ese bajón inesperado que muchas personas experimentan justo después de lograr algo importante por lo que han luchado durante mucho tiempo. Puede ser aprobar unas oposiciones, conseguir un trabajo deseado, terminar una carrera, iniciar una relación, comprar una casa o incluso acompañar a un ser querido en un proceso largo de recuperación. Y sin embargo, en lugar de sentirse eufóricas o plenas… se sienten vacías, desmotivadas o tristes. El Dr. Carbonell, médico y psiquiatra, observa que este tipo de reacción desconcierta a quienes lo viven. ¿Cómo es posible que, tras tanto esfuerzo y tanta ilusión, lo que llegue sea un bajón emocional? Su respuesta es clara: esto es normal , y tiene que ver con la forma en que funciona nuestra mente durante los procesos intensos. Durante ese camino hacia una meta, explica, las personas ponen en marcha una enorme cantidad de recursos emocionales y mentales: concentración, disciplina, energía, resistencia . Se enfocan tanto en el objetivo que, muchas veces, dejan de lado otras áreas de su vida. Es un proceso que requiere tensión, constancia y motivación prolongada. Pero cuando por fin se alcanza la meta… todo ese sistema de alerta, esfuerzo y motivación se apaga de golpe . Y ese vacío que queda, ese silencio interno tras el ruido del esfuerzo, es lo que puede generar ese bajón. El Dr. Carbonell compara este estado con lo que siente un corredor de maratón al cruzar la línea de meta: durante la carrera aguanta, se supera, sigue adelante… pero en cuanto se detiene, llega el agotamiento físico y emocional. No es tristeza por el logro, sino fatiga por el camino . Por eso insiste en que no hay que alarmarse . Es un proceso adaptativo , temporal, y suele resolverse con descanso, autocuidado y paciencia. Poco a poco, la energía se restablece y la persona puede comenzar a reconectar con nuevas metas o simplemente a disfrutar lo que ha logrado .