Prevenir el infarto cuidando la mente

16 de junio de 2015

Todos nos asustamos mucho si un ser querido es víctima de un repentino infarto o cualquier enfermedad grave. Sin embargo, nos parece de lo más normal quejarnos por estar estresados e insatisfechos con nuestras vidas. Pues bien, parece ser que estos trastornos mentales están íntimamente ligados con las temidas enfermedades físicas. Concretamente, padecer estrés y depresión de manera combinada, aumentaría el riesgo de infarto y muerte hasta casi el doble.

En el estudio  publicado en la revista Circulation ,  se han investigado los efectos del estrés y la depresión en 4487 pacientes con enfermedad coronaria, a lo largo de seis años. Los investigadores pudieron comprobar que el riesgo de sufrir infarto y de morir había aumentado un 48% en aquellas personas que padecían estrés y síntomas depresivos.

Cuando sintamos que el estrés se nos está acumulando, no debemos pasarlo por alto. Algunas de las señales de que estás sobrecargado son las siguientes:

  • Te resulta muy complicado encontrar un hueco en tu agenda para el ocio.
  • Al meterte en la cama por las noches te invaden preocupaciones que intentas resolver in situ dándole más vueltas, y que obstaculizan tu sueño.
  • Consideras que el descanso y el ocio son una perdida de tiempo.
  • Ir por la vida con prisa, se ha convertido en algo normal.
  • Padeces dolencias de cabeza, de espalda, de estómago o bruxismo (apretar y rechinar los dientes).
  • Te ha disminuido el apetito sexual.

Por otra parte, los síntomas de insatisfacción con la propia vida, la apatía y la pérdida de capacidad de placer deben hacer saltar la alarma de la depresión . Esta devastadora enfermedad es cada vez más destructiva si no se toman medidas a tiempo. Con la ayuda necesaria podemos aprender a dar otro enfoque a la vida, reinterpretando los sucesos y tomándonos las cosas con más calma. Cuidar nuestra salud mental es cuidar nuestro cuerpo,  dándole una oportunidad a la felicidad y el bienestar.

   

Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
Por Instituto Carbonell 5 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
Por Instituto Carbonell 4 de octubre de 2025
El Dr. José Carbonell explica que cuando el sexo en pareja deja de ser satisfactorio, lo fundamental es hablarlo con claridad y complicidad , aunque resulte difícil expresarlo. Señala que es importante comunicar si el deseo ha cambiado o si la experiencia ya no resulta gratificante, y hacerlo sin miedo, buscando soluciones conjuntas. Recomienda, además, recurrir a un terapeuta o especialista en sexualidad si la comunicación directa no basta, de manera que se pueda intentar recuperar la conexión antes de considerar el fin de la relación.