¿Contarías una infidelidad?

5 de junio de 2025

El Dr. José Carbonell, médico y psiquiatra, plantea una de las preguntas más complejas dentro del mundo emocional y de las relaciones de pareja: ¿deberíamos confesar una infidelidad? Lejos de dar una respuesta categórica, el doctor parte de su experiencia clínica para mostrar que cada caso es distinto, y que no hay una única verdad aplicable a todas las parejas.


Carbonell explica que ha visto en consulta todo tipo de reacciones y resultados ante una infidelidad:

  • Parejas que decidieron contar la infidelidad y lograron superarla.
  • Otras que se rompieron al revelarla.
  • Algunas que prefirieron guardar silencio y continuaron su vínculo sin confrontar el hecho.


El punto clave es que no hay una única manera correcta de proceder. Lo importante, subraya, es entender el porqué de la infidelidad y reflexionar profundamente antes de tomar una decisión, ya que contarla o no puede tener consecuencias muy distintas, tanto para quien fue infiel como para la persona engañada.


Desde su visión ética y profesional, Carbonell deja claro que la infidelidad no ocurre en el vacío: suele ser un síntoma de que algo no va bien en la relación. Y si ocurrió una vez, es probable que vuelva a ocurrir si no se trabaja el origen del problema.


Por eso recomienda que si estás viviendo una situación así, lo ideal es:

  • No actuar impulsivamente.
  • Buscar ayuda terapéutica individual o de pareja, para valorar con objetividad los pros y contras de hablar o callar.
  • Reflexionar desde la empatía: “No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti”.


En resumen, el Dr. Carbonell no da una respuesta cerrada a la pregunta de si contar o no una infidelidad, pero sí insiste en que toda decisión debe hacerse con responsabilidad, madurez y reflexión, y que el acompañamiento profesional puede marcar la diferencia entre una ruptura destructiva y un proceso de aprendizaje o reconstrucción.

Por Instituto Carbonell 14 de octubre de 2025
Los cambios estacionales como las altas temperaturas o el frío pueden suponer un papel importante en la variación emocional de algunas personas, pero más allá de esto, los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño, también pueden interferir en el comportamiento y estado de ánimo.  En el artículo Echeburúa, E. denomina a este suceso como “meteorosensibilidad”, esto se puede manifestar de diferentes formas: - En zonas geográficas o épocas en las que hay inviernos largos con poca luz solar se produce una disminución de serotonina (neurotransmisor clave para el estado de ánimo, la motivación y la energía) y alteraciones en la melatonina que pueden producir trsiteza, pensamientos negativos, cansancio, sentimientos de culpabilidad, entre otros. - En zonas donde hay mucho viento se asocia con sensación de irritabilidad, agobio, insomnio y fatiga. También con nerviosismo, problemas de concentración y dolores de cabeza. - En casos de olas de calor bruscas pueden descompensar a pacientes con ciertos trastornos mentales graves. En opinión del Dr. Carbonell y M. Miranda, es importante tener en cuenta como influyen estos factores en nuestro estado de ánimo, sobre todo en personas que ya se encuentran en manos de profesionales de la salud mental, para así poder llevar a cabo un buen seguimiento y apoyo ante la posibilidad de experimentar alguno de estos síntomas.
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El Dr. José Carbonell explica que cuando alguien rompe una relación y deja un vacío lleno de dolor, es normal sentirse destrozado y vivir un proceso de duelo. Subraya que no se puede forzar a otra persona a quedarse, por lo que lo esencial es aceptar su decisión y empezar a mirar por uno mismo. Recomienda dar espacio, cortar los contactos que dificulten la recuperación y permitirse sufrir sin buscar compensaciones inmediatas. Señala que este tiempo de reconstrucción personal ayuda a reconectar con uno mismo, crecer y transformarse en una mejor versión, recordando que siempre habrá luz al final del túnel.
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