¿Qué cosas hacen las personas resilientes? Hábitos que podemos practicar

24 de mayo de 2019

La resiliencia es la capacidad que tienen algunas personas de adaptarse a los problemas y situaciones complicadas. A algunas personas les sale de forma espontánea, pero es muy difícil nacer con esta capacidad, pues no forma parte del temperamento de muchas personas ni de su forma de ser. Sin embargo, esta capacidad de afrontar situaciones adversas puede desarrollarse y mantenerse a través de las interacciones que la persona tenga con otras personas y su entorno. Eso significa que la resiliencia se relaciona directamente con los hábitos de las personas.

Por eso, el artículo de Arturo Torres publicado en Psicología y Mente, menciona una serie de hábitos que tienen generalmente las personas resilientes y de los que todos podemos tomar nota para reaccionar de forma adaptativa a los problemas que surjan en nuestra vida. Según el artículo, las personas entrenadas en resiliencia:

  1. Dan mucha importancia a su autoestima. Este tipo de personas orientan algunas de sus acciones hacia la mejora de la autoestima y la autoconfianza, pues reconocen que lo que hagan hoy cambiará la forma de percibirse a sí mismas el día de mañana.
  2. Son partidarias de la creatividad. Para las personas resilientes, la sensación de estar creando algo original y único es muy placentera. La creatividad ayuda a que nuestros pensamientos se enfoquen hacia la resolución de un reto novedoso y esto se convierte en un hábito estimulante.
  3. No se plantean ilusiones vanas. Estas personas pueden detectas las situaciones en las que es prácticamente imposible hacer que el contexto cambie pronto, por lo que en situaciones complicadas se centran en gestionar cómo experimentan lo que ocurre y no centrarse tanto en la frustración.
  4. Sacan partido a la atención selectiva. Cuando algo malo les pasa en su vida, en vez de pasarse el día pensando en las cosas malas que les ocurren, se centran en los pasos que van a llevar a cabo. Este hecho hace que gestionen correctamente sus hábitos y se orientan hacia el horizonte de lo posible.
  5. Se rodean de positivismo. Ante eventos negativos, este tipo de personas dirigen la atención hacia otro lado y se rodean de personas con actitud positiva que les ayuda a la vez a facilitar la gestión de sus emociones. Además, al envolverse de personas receptivas favorece un flujo de optimismo y de superación que hace que todo les resulte más fácil.
  6. Interactúan con todo tipo de personas. Las personas resilientes tienden a conocer personas con diferentes características, no limitan su burbuja de amistades, si no que se abren a interactuar con distintas personas.
  7. Se pasan el día haciendo cosas. Su actitud activa les ayuda a centrarse en los objetivos que quieren desear, hecho que repercute en su autoestima y autoconfianza.
  8. Hacen deporte. Practicar deporte ayuda a reducir el estrés, relajarse y ganar autoconfianza.
  9. Utilizan el humor constantemente. El humor es un gran recurso para quitarle importancia a las cosas, por lo que bromear sobre problemas personales les ayuda a liberarse del estrés.
  10. Piensan a largo plazo y planifican sus objetivos. Dedicar algunos momentos a pensar acerca de lo que pueden hacer a largo plazo y ello les ayuda a mantener los pensamientos fijos en lo que pueden mejorar y a plantar cara a situaciones negativas.
  11. Invitan a los demás a participar en sus proyectos. Haciendo esto contagian la actitud positiva a los demás y, al mismo tiempo, están más animados a continuar por la satisfacción y el eco que los demás les devuelven.
  12. Se empapan de cultura. Al aprender sobre pensadores, autores y artistas, se descubren distintas y variadas formas de pensar y consiguen tener más herramientas ante diferentes situaciones y disfrutan más de ellas.

En opinión del Dr. Carbonell, todas las personas pasan por alguna situación complicada y dolorosa en el transcurso de su vida. Por ello, es importante saber de qué formas podemos implantar hábitos en nuestro día a día que nos ayuden a superar los problemas y a sacar nuestra mejor versión. Por eso este artículo resulta de ayuda para tomar conciencia de nuestros hábitos y practicar aquellos positivos para nuestro bienestar.

 

 

 

Por Instituto Carbonell 13 de julio de 2025
El Dr. Carbonell ofrece una advertencia clara y serena sobre un tema delicado pero frecuente en consulta: parar la medicación psiquiátrica . Como médico y psiquiatra, se encuentra a menudo con pacientes que acuden con la intención, o incluso con la firme decisión, de suspender su tratamiento farmacológico. Ya sea porque se sienten mejor, porque otro profesional les ha sugerido un cambio, o por el deseo de dejar atrás una etapa difícil, la idea de abandonar la medicación se convierte en una cuestión "no negociable" para algunos.  Sin embargo, el Dr. Carbonell recuerda algo fundamental: la medicación está haciendo un trabajo . Si el paciente se encuentra mejor, probablemente no sea a pesar del tratamiento, sino gracias a él. Esto no significa que la medicación tenga que ser para siempre —en muchos casos no lo es—, pero tampoco puede dejarse de forma brusca o sin el acompañamiento adecuado. Suspender un tratamiento psiquiátrico no es una decisión trivial. Requiere tiempo, evaluación, seguimiento y, sobre todo, una estrategia individualizada. Carbonell insiste en que la retirada debe ser progresiva y supervisada , preferiblemente por el mismo profesional que inició el tratamiento. Esto se debe a que ese médico conoce el historial clínico, la evolución, los factores de riesgo y los criterios bajo los cuales se inició la medicación. Advierte también sobre una situación común: médicos de atención primaria, urgencias o especialistas que, sin conocer en profundidad el caso, toman decisiones de ajuste o suspensión de fármacos. Esto puede acarrear riesgos importantes. Si se produce una recaída, ¿quién asume la responsabilidad? ¿A quién recurre el paciente? Estas son preguntas importantes que deben considerarse antes de modificar un tratamiento. El mensaje central del Dr. Carbonell es que parar la medicación no debe ser un acto impulsivo ni unilateral . La clave está en hacerlo de forma segura, responsable y acompañada. Si bien es natural querer dejar atrás las pastillas una vez que uno se siente mejor, la mejor manera de hacerlo es planificando la retirada con el profesional que mejor conoce tu caso .
Por Instituto Carbonell 12 de julio de 2025
El Dr. Carbonell aborda con empatía y realismo un rasgo con el que muchas personas se identifican: el caos personal . Si alguna vez te han dicho que eres desorganizado, que no llevas un orden claro en tu vida o que funcionas “a tu aire”, este mensaje es para ti. Como médico y psiquiatra, el Dr. Carbonell reconoce que no todas las personas tienen la misma relación con la estructura, la rutina o la planificación , y eso no necesariamente es algo malo. En sus palabras, hay personas naturalmente muy organizadas, que llevan agendas, listas, horarios y que parecen tener todo bajo control. Pero también hay otras que, aun haciendo listas o intentando establecer rutinas, no logran cumplirlas porque su funcionamiento depende mucho del estado emocional o mental del momento . En este sentido, apunta una verdad sencilla pero poderosa: “cada persona tiene su ritmo”. Retomando una frase que escuchó de un profesor, señala que el universo tiende al desorden , y las personas también. Hay quienes ordenan constantemente, pero sienten que el desorden siempre les gana la carrera. Eso no los convierte en fracasados , sino en personas con una forma distinta de gestionar el mundo. La clave, dice, no está en forzarse a ser alguien que no se es, sino en entender hasta qué punto ese caos afecta nuestra calidad de vida o la de los demás . Para el Dr. Carbonell, ser caótico forma parte de la identidad de algunas personas , y no debe ser automáticamente visto como un defecto. Solo cuando ese caos genera sufrimiento —ya sea en lo personal, en lo familiar o en lo laboral— es cuando se debe poner atención y quizás trabajar en estrategias de mejora. Pero mientras no interfiera significativamente, no hay que obsesionarse con ser impecables . Su mensaje final es un llamado a la autocompasión y a la aceptación personal . Es posible que con el tiempo se pueda aprender a mejorar ciertos hábitos, pero también es importante no vivir bajo una presión constante por cumplir con un ideal de orden. La vida no siempre es lineal ni perfecta, y ser un poco caótico no te hace menos válido, solo distinto .
Por Instituto Carbonell 11 de julio de 2025
El Dr. Carbonell pone nombre a un fenómeno emocional poco hablado pero muy frecuente: el síndrome de maratón . Se refiere a ese bajón inesperado que muchas personas experimentan justo después de lograr algo importante por lo que han luchado durante mucho tiempo. Puede ser aprobar unas oposiciones, conseguir un trabajo deseado, terminar una carrera, iniciar una relación, comprar una casa o incluso acompañar a un ser querido en un proceso largo de recuperación. Y sin embargo, en lugar de sentirse eufóricas o plenas… se sienten vacías, desmotivadas o tristes. El Dr. Carbonell, médico y psiquiatra, observa que este tipo de reacción desconcierta a quienes lo viven. ¿Cómo es posible que, tras tanto esfuerzo y tanta ilusión, lo que llegue sea un bajón emocional? Su respuesta es clara: esto es normal , y tiene que ver con la forma en que funciona nuestra mente durante los procesos intensos. Durante ese camino hacia una meta, explica, las personas ponen en marcha una enorme cantidad de recursos emocionales y mentales: concentración, disciplina, energía, resistencia . Se enfocan tanto en el objetivo que, muchas veces, dejan de lado otras áreas de su vida. Es un proceso que requiere tensión, constancia y motivación prolongada. Pero cuando por fin se alcanza la meta… todo ese sistema de alerta, esfuerzo y motivación se apaga de golpe . Y ese vacío que queda, ese silencio interno tras el ruido del esfuerzo, es lo que puede generar ese bajón. El Dr. Carbonell compara este estado con lo que siente un corredor de maratón al cruzar la línea de meta: durante la carrera aguanta, se supera, sigue adelante… pero en cuanto se detiene, llega el agotamiento físico y emocional. No es tristeza por el logro, sino fatiga por el camino . Por eso insiste en que no hay que alarmarse . Es un proceso adaptativo , temporal, y suele resolverse con descanso, autocuidado y paciencia. Poco a poco, la energía se restablece y la persona puede comenzar a reconectar con nuevas metas o simplemente a disfrutar lo que ha logrado .